Sergio Corchón (i), Meskal Rosa y Cristina Aguirre. / Ayuntamiento de Irun

Con la colaboración del Ayuntamiento de Irun y el patrocinio de Kutxa Fundazioa, el Museo Romano Oiasso acoge una nueva instalación fruto de la iniciativa ‘Historias compartidas’. Se trata de un proyecto de arteterapia que ya se desarrolló a finales de 2017 y en el que participa personas con algún tipo de discapacidad realizando diversos talleres ligados a los materiales expuestos en Oiasso.

Amistades y familiares de las personas participantes han asistido este jueves a la inauguración, que en esta ocasión se ha realizado dentro del proyecto Eskutik Eskura. Han estado presentes Sergio Corchón, delegado de Bienestar Social del Ayuntamiento de Irun; Cristina Aguirre, gerente del Museo Romano Oiasso; y la directora del proyecto, la psicóloga y terapeuta Meskal Ros.

Sergio Corchón agradecía la implicación de Oiasso un año más en este tipo de iniciativa y destacaba que “esta propuesta nos acerca desde el mundo del arte a las posibilidades que sin duda tienen las personas de diversidad funcional. Es un ejercicio muy interesante que abre la puerta, a estas personas y por supuesto a quienes visitemos esta instalación, a jugar con la imaginación y la creatividad. Todo ello contribuyendo a la inclusión social de las personas que tienen diversidad funcional”.

Se han llevado a cabo 6 sesiones en las que han participado 118 personas. / Ayuntamiento de Irun

En detalle, y a partir de este planteamiento, el Museo Romano Oiasso ha desarrollado este proyecto a través del cual se plantea un ejercicio para compartir historias utilizando la creación plástica como una experiencia, basada en los planteamientos del arteterapia, que actualiza la historia y la personaliza en cada uno. Esto es, a partir de un objeto del museo se construye una nueva forma y una nueva imagen. Esta una nueva mirada sobre el patrimonio se ha conseguido gracias a un taller de creación donde las personas participantes han podido experimentar con los materiales y el lenguaje plástico y donde han realizado elementos para una instalación colectiva. Se han llevado a cabo 6 sesiones en las que han participado 118 personas.

“El objetivo no se centra en el resultado sino en el camino por el cual desde la toma de decisiones, lo inesperado y la confrontación con los materiales cada persona toma sus riesgos, encara sus inquietudes y se configura en autor y protagonista de una producción artística”, explicaban desde el museo. Además, más allá de la contemplación pasiva de los objetos, los visitantes buscan diversas experiencias en museos: fotografiar, dibujar, aprender, oír, descubrir, jugar, etc.

Todos los grupos participantes han desarrollado el taller en tres sesiones mediante las cuales han asistido a una visita comentada al museo, han realizado diversos talleres de creación experimentando con los colores, formas y texturas de los materiales expuestos dando como resultado esta instalación colectiva.