Balance positivo el que se hace desde la organización. / Hondarribia Blues Festival

El Hondarribia Blues Festival ha apagado las luces de su decimotercera edición con buen sabor de boca. El balance es más que satisfactorio ya que el certamen ha cubierto e, incluso, superado sus expectativas en todos los apartados. Se calcula que cerca de 100.000 personas se han dado cita en la ciudad entre el jueves 12 y el domingo 15, abarrotando todos los escenarios, desde el principal de la Benta, a los de Arma Plaza o la calle San Pedro, sin olvidar el Blues Village.

A destacar, en primer lugar, las grandes actuaciones ofrecidas por todas las bandas y solistas, desde las más veteranas a las más jóvenes, desde los grupos internacionales a los estatales o euskaldunes. Memorables han sido las actuaciones de los premiados Fito de la Parra y Larry Taylor y sus compañeros de Canned Heat, la irrepetible formación de los Chicago All Stars, entre otros, con leyendas como Bob Stroger, Piano Willie o Jimmy Burns, o la concentración de figuras del blues nacional, a la que no faltaron nombres como: Lluis Coloma, Big Dani Pérez, Francisco Simón o Mingo Balaguer. Ellos, junto a otras figuras como Mark Hummel, Tía Carroll, Ray Gelato o el siempre carismático Raimundo Amador, han confirmado el sello de calidad que siempre persigue el certamen.

“Esta edición ha mantenido un altísimo nivel de artistas y no podemos estar más satisfechos”, ha señalado el director del Bluesaldia, Carlos Malles. “Sabemos que Hondarribia se ha convertido en una referencia internacional y es una gran responsabilidad mantener un cartel que dé cabida a los diversos estilos contando con los mejores. Este año hemos reunido mucha variedad, desde el blues de Chicago, al West Coast, blues rock, swing, soul.. y los aficionados han podido escuchar muchos matices diferentes, muchas maneras de sentir y de interpretar el blues. Es nuestra manera de ir dando a conocer este género tan rico y la respuesta del público a lo largo de los años no puede ser mejor”.

Reseñable también la implicación de la ciudad que, año a año, se vuelca para recibir a los artistas y visitantes. “Sabemos que un evento de esta envergadura condiciona la vida de una ciudad, máxime del tamaño de Hondarribia”, explica Malles, “el aparcamiento, el tráfico… y es muy de agradecer que los hondarribitarras se vuelquen como lo hacen, año a año, en la recepción de los artistas y los visitantes. La ciudad se transforman para fundirse con el evento y todo esto no sería igual sin su colaboración así como la del Ayuntamiento, la Policía Local, Ertzaintza, Cruz Roja, servicios de limpieza… Queremos darles las gracias a todos”.

Este año, por iniciativa del Ayuntamiento de Hondarribia, se ha dado un curso de escaparatismo a comerciantes de la ciudad y, propios y ajenos, han podido disfrutar de su magnífico resultado, recorriendo vitrinas en las que ha brillado la originalidad. “Es una idea excelente”, añade Carlos Malles “en la que nos gustaría avanzar. Se han visto composiciones elegantes, divertidas, atrevidas… todas ellas vinculadas al festival y al blues, un derroche de imaginación y así nos lo han ido subrayando muchos músicos, periodistas y visitantes”.

Mirando a 2019

Mientras la ciudad vuelve a la normalidad del verano hondarribitarra, desde Blue Vision, organizadora del certamen desde esta edición, con el respaldo del Ayuntamiento de Hondarribia, ya se piensa en cómo mejorar y avanzar de cara al año que viene. “Tenemos doce meses por delante en los que reflexionar acerca del futuro del festival”, concluye su director, “y en los que poner sobre la mesa los puntos que tienen aún margen de mejora. El certamen ha crecido mucho; cuando empezamos no soñábamos con alcanzar este nivel y, trece años después de la primera edición, hay cosas que ajustar y modificar para que el Bluesaldia pueda seguir evolucionando”.