El Gaztefolk dejará de organizarse tras 20 ediciones. / Gaztefolk

La organización del Gaztefolk, el Festival Folclórico Internacional Juvenil del Bidasoa, ha anunciado mediante un comunicado su decisión de abandonar su organización por un período indeterminado.

“Queremos agradeceros vuestra contribución al 20º festival. Un festival, que un año más, ha sido un éxito, con 4 grupos internacionales del mayor nivel que han hecho disfrutar a niños, jóvenes y mayores de sus actuaciones en Irun, Hondarribia y Bera, los desfiles y las actividades a pie de calle, que en algún caso se han visto empañadas por lo inestable del tiempo en nuestro país. Este éxito es un éxito compartido, ya que desde vuestra voluntad e interés, un año más habéis cumplido a la perfección, siendo una parte imprescindible del mismo. La experiencia que han tenido estos jóvenes se ha visto enriquecida con vuestras aportaciones y estamos seguros de que habéis contribuido a fomentar en ellos los valores de tolerancia y respeto, aportando algo más de luz a un mundo que a veces parece que cada día se cubre de más sombras”, ha asegurado su presidente, Óscar Lucas.

“Habéis sido una parte fundamental no solo del festival de este año, sino también de las ediciones anteriores, por eso, y llegados a este punto, queremos comunicaros que tras veinte años de celebración ininterrumpida hemos decidido abandonar su organización por un período indeterminado”.

Los motivos que han fundamentado esta decisión son dos. Por un lado, un balance financiero difícil de cuadrar debido a la dificultad que entraña el incrementar las fuentes de ingreso; y por otro, la falta de voluntariado para el desarrollo de las tareas propias del festival, lo que ha hecho que a nivel organizativo y operativo la situación actual se haya considerado insostenible y no existan garantías para poder concluir otra edición con éxito.

“Solo nos queda reconocer el trabajo, el esfuerzo y la voluntad de todos los que durante estos 20 años han hecho posible este festival. En Irun y en el mundo somos muchos los que tenemos un recuerdo positivo, alegre, cálido, entrañable de lo vivido en esta aventura, y consideramos que este es el mejor de los frutos que se puede recoger de aquel árbol que se plantó en el año 1997. Esperamos que de estos frutos salgan nuevas semillas que contribuyan a hacer de este mundo un lugar mejor”, ha finalizado Lucas.