Txarli Rekalde y Ana Martín

Este pasado lunes tuvo lugar un encuentro entre profesionales en Hiruzta Bodega; se celebraba la cata anual que la bodega organiza para sumilleres, pero este año era un encuentro más emotivo que en anteriores ediciones. Sumilleres y propietarios de restaurantes, vinotecas y hoteles del País Vasco se reunieron en Hiruzta Bodega en una jornada muy especial, ya que la bodega celebraba el 10º aniversario del comienzo del proyecto.

El encuentro empezó con una explicación de las características del viñedo, un excepcional terroir del que pudieron disfrutar todos los asistentes. El momento más emotivo fue la proyección de un vídeo titulado “El Sueño”, que refleja cómo empezó todo… El propio Txarli Rekalde, impulsor de este proyecto, junto a su padre y a su hermano, expresaba que “aunque ese sueño hoy es una realidad, seguimos trabajando con la misma ilusión que hace 10 años”. Comentó también “la satisfacción por haber devuelto a sus orígenes la variedad de uva Hondarrabi Zuri.” Los asistentes brindaron con una copa de Hiruzta Basque Brut Nature, una edición numerada de 3.300 botellas de un vino espumoso procedente de uvas autóctonas de la variedad Hondarrabi Zuri, elaborado por el “Método Tradicional” botella a botella en la misma bodega.

Era un día para celebrar, para brindar pero también para aprender y compartir las novedades y la evolución de la línea enológica de la Bodega. Tras visitar la bodega, comenzó el momento más esperado: la cata, dirigida por la enóloga de Hiruzta, Ana Martín Onzain, figura fundamental en el proyecto. Considerada como una de las mejores woman wine makers españolas, es una profesional reconocida por su especialización en vinos blancos y txakolis. Iker Zubia, director comercial de la bodega, comentaba en su presentación “Su visión a largo plazo hace que Hiruzta tenga el norte bien afianzado y una filosofía de buen hacer interiorizado en la labor diaria”. Muy vinculada al mundo formativo, en el área de enología y de cata de vinos, Ana Martín actualmente colabora con la Universidad del País Vasco en un Máster de Enología Innovadora y con el Basque Culinary Center, primera facultad de ciencias gastronómica de España y una de las únicas de Europa, en el Máster de Sumillería y Enomarketing.

La cata se realizó en el restaurante de la bodega y comenzó con la nueva añada:

Hiruzta 2017, un txakoli blanco que destaca por su encantador equilibrio, elaborado a partir de uva Hondarrabi Zuri, cultivada en viñedos de la propiedad en Hondarribia. Los asistentes destacaron sus intensos aromas de frutos blancos, cítricos y tropicales, su frescura en boca y una acidez muy integrada.

Hiruzta Rosé 2017, fue el segundo txakoli de la cata, un txakoli rosado de estilo moderno que se elabora a partir de uva Hondarrabi Beltza y Zuri; sorprendieron sus intensos aromas a frutos rojos y su frescura en boca.

Comenzó después una cata vertical de Hiruzta Berezia que no dejó indiferente a nadie. Los asistentes tuvieron la oportunidad de catar y comparar las añadas 2016, 2015 y 2014, de este txakoli tan especial. Elaborado con las uvas recogidas a final de vendimia en una parcela muy especial del viñedo que rodea la bodega. Situada en las fértiles faldas del monte Jaizkibel al abrigo de los fuertes vientos del cantábrico y orientada al sur. Esta parcela ofrece los racimos de Hondarrabi Zuri de mejor calidad. Este vino, además, realiza una crianza sobre lías en depósito durante unos meses, lo que le aporta a este txakoli más cuerpo y una mayor estructura. Su recogida a final de vendimia le da un mayor grado y una menor sensación de acidez. Este txakoli expresa el carácter del suelo de cultivo de la finca Hiruzta, que unido a un singular clima atlántico templado, permiten obtener un vino de gran personalidad considerado como uno de los mejores vinos atlánticos del momento.

La guinda a la cata la puso Hiruzta Parcela Nº3, una edición limitada de 1.297 botellas de un txakoli de la añada 2014. En palabras de Ana Martín “un txakoli realmente único. Es un txakoli maduro, elaborado con la uva autóctona Hondarrabi Zuri de una parcela exclusiva, que tiene una mejor insolación, madura mejor y se nota en graduación y acidez… Es una parcela en la que la singularidad del clima atlántico cobra todo su sentido. Además, aquella añada, la de 2014, es la mejor que hemos conocido. Elaboramos con esa uva el Berezia 2014 y hemos tenido parte de ese txakoli otros dos años en depósito sobre lías. Es el resultado de la línea evolutiva de tres años de un txakoli con una base que sabíamos que iba a darnos mucha calidad. No es un txakoli al uso; es el que mejor refleja el carácter de nuestra finca. Un vino lleno de matices.”

Todos los asistentes, estuvieron de acuerdo en que estamos ante un txakoli para disfrutar. “Tiene un cuerpo especial, llena mucho, se queda en boca…“ destacaban algunos sumilleres.

Una cata muy especial que dejó constancia de la marcada vocación innovadora y de la visión a largo plazo que dotan a Hiruzta de una línea enológica que apuesta por las posibilidades de la variedad autóctona Hondarrabi Zuri, al tiempo que la Bodega asume el compromiso por fomentar la cultura del vino a través de una amplia gama de txakolis.