Cristina Laborda, delegada de Movilidad. / Ayuntamiento de Irun

La delegada de Movilidad, Cristina Laborda, ha dado a conocer los datos más significativos del balance que dejó en la ciudad a lo largo de 2017 el ‘Irun 30’, la iniciativa que limita a 30 km/h la velocidad máxima en prácticamente todos los viales urbanos. Esta medida entró en vigor en las principales calles y avenidas del centro en agosto de 2011, y se extendió por casi toda la ciudad en el verano de 2013.

“Hemos actualizado recientemente los últimos datos que teníamos del ‘Irun 30’, que eran del año 2015 y tenemos cifras positivas. Venimos haciendo estos estudios con el objetivo de comprobar el grado de cumplimiento”, explicaba la delegada. “Vemos que desde la puesta en marcha de la medida, los datos han ido arrojando conclusiones muy interesantes; si a cierre de 2015 los datos que teníamos confirmaban objetivos como la práctica desaparición de las velocidades más altas, comprobamos con las cifras de 2017 que los objetivos se siguen cumpliendo”.

La delegada repasaba una serie de datos que ya fueron presentados recientemente en la mesa de movilidad, en la que se encuentran representados grupos políticos de la corporación municipal, así como asociaciones y entidades locales. En este encuentro se presentó un estudio que ha permitido controlar las velocidad de alrededor de un millón de vehículos en la ciudad. Esto ha sido posible gracias a un plan de aforos, es decir, la instalación de un elemento estático (aforador) que en momentos puntuales del año ha medido las velocidades de los vehículos en varios puntos de la ciudad. En base a los cálculos realizados por el aforador, se desprende que sigue existiendo un alto grado de cumplimiento, ya que la gran mayoría del millón de vehículos que ha podido ser analizado respetaba la normativa.

Una ciudad con tráfico calmado

La media de las velocidades se situó en los 27,20 km/h, cuando en 2015 era de 30,3%. En detalle, el 37,8% de los vehículos supera la velocidad de los 30 km/h (51,5% en 2015), pero sólo el 10,6% pasa de los 40% (18% en 2015), un porcentaje aún más pequeño entre quienes circulan a 50 km/h o más que fue de 1,9%, mejorando el dato de 2015: 3,5%.

“Hemos detectado que en prácticamente todos los puntos en los que se ha medido la velocidad, la mayoría de coches circulaba a 30-35 km/h o menos. Siguen existiendo no obstante algunas vías que registran todavía unas cifras más elevadas, sobre las que venimos desde hace tiempo probando una serie de medidas de sensibilización con elementos visuales u otras actuaciones para calmar el tráfico como reductores de velocidad”, añadía Cristina Laborda. Entre los puntos en los que se ha registrado que no se cumple del todo la normativa, Cristina Laborda citaba, por ejemplo, el Paseo de Colón (sentido ayuntamiento), la recta de Meaka y su prolongación en paralelo al canal de Artía, la avda. Elizatxo o la calle Anaka.

Una siniestralidad baja

La delegada destacaba que una media de velocidad por debajo de los 30 km/h ayuda a cumplir uno de los grandes objetivos de esta medidas: garantizar un mayor seguridad en la calzada y hacer así de Irun una ciudad más amable. Esto se traduce en niveles de siniestralidad en carretera bajos. “De hecho vemos cómo los accidentes en zonas reguladas con la normativa de los 30 km/h han bajado de los casi 400 de 2011, antes de la entrada en vigor del ‘Irun 30’, a 158 del año pasado de los cuales aproximadamente la mitad no registró ningún herido, y de la otra mitad la gran mayoría fueron leves. Además, tenemos comprobado que una parte importante de los accidentes se producen en vías donde no se acaba de cumplir la normativa de los 30 km/h como las avenidas Elizatxo o Navarra”.

Cristina Laborda apuntaba asimismo que otro de los grandes objetivos era facilitar la movilidad ciclista y su convivencia con el coche, a lo que contribuye el alto grado de cumplimiento del ‘Irun 30’. La delegada recordaba en ese momento los datos ofrecidos recientemente, en los que casi un 70% de las personas encuestadas en un estudio del área sobre movilidad ciclista, afirmaba sentirse más seguro con esta nueva normativa.

En conclusión, y tal como señalaba la delegada, Cristina Laborda, “estos datos positivos del ‘Irun 30’, unidos a un nivel de siniestralidad en los accidentes que sigue siendo bajo nos hace seguir apostando por esta normativa, sin olvidar aquellos puntos en los que tenemos todavía que mejorar. En próximas fechas queremos profundizar en una reflexión conjunta con el resto de agentes en el marco de la mesa de movilidad para ver qué otras acciones podemos poner en marcha”.