La diputada foral de Infraestructuras Viarias, Aintzane Oiarbide, y el alcalde de Hondarribia, Txomin Sagarzazu. / Ayuntamiento de Hondarribia

Las obras de la rotonda de Amute comenzarán a mediados de septiembre y acabarán para la primavera de 2018. Así lo han dicho hoy en rueda de prensa celebrada en el salón de plenos del Ayuntamiento de Hondarribia el alcalde de Hondarribia, Txomin Sagarzazu, y la diputada foral de Infraestructuras Viarias, Aintzane Oiarbide.

“El proyecto se aprobó la semana pasada en el consejo de gobierno de la Diputación, y quiero agradecer a la diputada que haya venido a Hondarribia a explicarnos personalmente el proyecto”, ha señalado Sagarzazu. “Se trata de un proyecto de gran importancia para Hondarribia, que vendrá a ayudar en la medida de lo posible en las grandes colas que se producen en la zona”.

“El presupuesto total es de 715.701,86 euros y el plazo de ejecución de cinco meses. Esta intersección constituye un punto de tráfico complicado por las retenciones que suelen producirse, especialmente en verano, ante la afluencia de visitantes y turistas a la zona. Se trata de una zona donde se producen graves atascos, por lo que consideramos que esta actuación, demandada desde tiempo atrás, supondrá una mejora importante”, ha destacado por su parte Oiarbide.

La actual intersección entre las carreteras N-638 y GI-2134 en el barrio de Amute dispone de isletas canalizadoras y semáforos que por fases interrumpen totalmente la circulación de vehículos. El funcionamiento de la intersección en estas condiciones es complejo y de poca capacidad, superándose ésta a diario, especialmente en época estival. Pasan al año por este punto 25.000 vehículos de media, por lo que Oiarbide ha calificado la obra de “prioritaria”.

Rotonda de 50 metros de diámetro

El proyecto define, en el actual trazado de la N-638 entre Zubieta y Amute, una rotonda circular de 50 metros de diámetro exterior, una circunferencia interna de 32 metros y tres ramales ajustándose el de sentido Hondarribia a los dos carriles existentes. Los ramales hacia Irun y la GI-636 salen con un solo carril para adecuarse a la sección existente, mientras que las entradas, unos metros antes del anillo, se abren a dos para así aumentar la capacidad de la intersección. Por otro lado, el proyecto contempla la ejecución de tramos de vía ciclistas recogidos en el Plan Territorial de Vías Ciclistas de Gipuzkoa, así como la reposición de las aceras y de todos los servicios afectados.