Eugenio Retuerto (i), junto al vicepresidente de la asociación, Rafa González, en la plaza de Urdanibia. / Martín Tellechea

“Chapelaundis, hombres de boina grande y corazón también grande”, rezaba Pío Baroja. Con ese lema ha nacido la asociación Chapelaundis del Bidasoa, cuyo presidente es Eugenio Retuerto Serrano. Se plantean recuperar su historia, sus recetas, sus anécdotas y su singular modo de entender la vida. Hemos hablado con él:

– ¿Cómo surge de nuevo la asociación?

La asociación surge como “preocupación” de la desaparición u olvido de muchas de nuestras anécdotas, canciones, recetas… en resumen de la historia de Irun. Me explico: cualquiera que quiera informarse o documentarse sobre la historia de Irun, puede ir al archivo donde Sagrario (Arrizabalaga) y compañía les atenderán gustosa y profesionalmente. Pero las anécdotas, historietas antiguas, etc., se olvidan cuando nuestros abuelos, padres… desaparecen. Hay canciones de Irun que se están olvidando, recetas (véase la tortilla irunesa), historietas sobre el contrabando, el Alarde, el fútbol, la pesca y la caza… hay un montón de documentación no escrita. A raíz de esta preocupación mi buen amigo Rafa González Merino y yo, que nos gustan todas esas historietas, nos decíamos… “se ha muerto fulanito de tal…, con la cantidad de cosas sobre Irun que sabía”… esa inquietud nos llevó a pensar en montar una asociación.

Los iruneses, por mil motivos, siempre hemos mirado más hacia tierras del Bidasoa que hacia Donostia, hay más hermanamiento y relación con los pueblos ribereños del Bidasoa que con los pueblos vecinos de Rentería, etc. Motivos laborales, familiares… nos han hecho mantener una relación de hermanamiento. Eso mismo pensaron nuestros antiguos Chapelaundis de Bidasoa, que soñaban con un País del Bidasoa cuya capital fuera Irun y con un único lema que era “Sin mosca, sin curas ni carabineros” . Así lo veía Don Pío Baroja y los Capelomágnicos o Chapelaundis del Bidasoa.

“Sin FRAILES, esto es con libertad de credos y religiones, sin dogmas que nos atormenten.
Sin MOSCAS, o sea limpia, higiénica, muestra del avance del progreso y con veneración por la Ciencia.
Sin CARABINEROS, libres de opresiones militares y de gobiernos que nos expriman con contribuciones, sin trompetas bélicas ni banderas imperiales. Paz, paz y paz”

Estos recorrían los diferentes pueblos del Bidasoa en una camioneta que adquirieron, en la que divulgaban y se informaban de las diferentes tradiciones y culturas de cada pueblo, amén de las suculentas comidas que se metían entre pecho y espalda. Por ello y porque su filosofía encajaba con nuestras intenciones es por lo que pensamos en refundar los Chapelaundis del Bidasoa.

– ¿Qué objetivos se marca la asociación?

Nuestro objetivo es recuperar todas esas “historias no escritas”, entrevistar a personas mayores que saben de ese “Irun Atzo”, y plasmarlo en papel para que no quede en el olvido. Y divulgarlo, nuestro objetivo no es quedarnos con esa documentación sino donarla a los ayuntamientos o a los que pudieran estar interesados. Nuestro objetivo no se circunscribe solo a Irun sino a todo el Bidasoa, por lo que el objetivo es muy ambicioso y laborioso. Y temas mil, como he dicho anteriormente, contrabando, festejos, recetas, fútbol, pesca, caza, etc. Muchos temas que van surgiendo y que intentaremos abarcar poco a poco.

– ¿Cuántos miembros son actualmente?

En la actualidad rozamos los 30 miembros, que poco a poco vamos aumentado.

– Los Chapelaundis del Bidasoa tuvieron un recorrido corto a comienzos del siglo pasado pero dejaron huella… ¿Están realizando trabajando de recopilación de información?

Bueno, aunque oficialmente se registraran en 1926, ahí está lo bueno, como club de alpinismo, y sus miembros tenían una media de 100 kg., ya hay datos y referencias a través de Pío Baroja de los Chapelaundis en el año 1918. El 28 de diciembre de 1918 Don Pío formó una sociedad aquí, en Irun, con un grupo de amigos. Se llamaba Los capelomagnicos del Bidasoa, más conocida por el nombre euskérico de Los Chapelaundis del Bidasoa, y dio una conferencia fantástica que tituló “Momentum Catatrophicum” en la Academia científico-literaria de Cherriuztango-erreka, en la que marcaba la diferencia de cabeza y criterio entre los vascos liberales, los chapelaundis y los chapelchiquis, cerrados de mollera.

Es el 11 de agosto 1928 cuando inauguran su sede en la plaza de Urdanibia, donde después estuvieron el Bar Agrícola y el Ayerbe, en la actualidad el hueco sin construir entre la casa de la Cooperativa del Campo y la casa que hace esquina con la calle Uranzu. Además compran una camioneta para desplazarse por el País del Bidasoa. En esa inauguración del local social nombran a Pío Baroja como presidente de honor. La sociedad desaparece en 1939 con motivo de la Guerra Civil, aunque sus Chapelaundis siguen reuniéndose en alguna sociedad y bares de Irun. El último socio fundador en morir fue José Sunsundegui Martiarena, gran empresario y entusiasta pescador de salmón y cazador. Nuestro directivo Carlos Martín González ha realizado una gran labor al recuperar toda la información sobre cada uno de los socios fundadores de aquel 1926, labor que le ha llevado a investigar en cementerios, archivos diocesanos, etc., en definitiva un trabajo enorme y muy bien hecho. Además estamos recuperando y entrevistando a personas de Irun y de la comarca e intentando recuperar toda o parte de esa historia.

– Han estado ustedes en Bera nombrando presidente de honor a Pío Baroja y socio de honor a Pío Caro-Baroja. ¿Cómo ve la familia el “resurgimiento” de los chapelaundis?

Fue un día maravilloso, donde en la casa de los Baroja “Itzea”, la familia Baroja nos recibió con los brazos abiertos. Allí se hizo el acto de nombramiento de presidente de honor a Don Pío Baroja, como lo fuera antaño, y a Don Pío Caro-Baroja como socio de honor. Asimismo Pío nos obsequió con unos diplomas que se realizaron antiguamente con motivo del centenario de Don Pío Baroja y que son una verdadera joya tanto en lo material como en lo sentimental.

La familia estuvo encantada, en el acto de los nombramientos estuvimos arropados por la madre de Pío Caro-Baroja, Doña Josefina Jaureguialzo Zubeldia, y en todo momento estuvo el recuerdo de los Barojas ausentes. El apoyo de la familia Caro-Baroja es un pilar muy importante para esta asociación, la disposición y colaboración nos da mucha fuerza para seguir adelante con nuestros objetivos.

– ¿Hay algún requisito para ser chapelaundi?

Amor, mucho amor al País del Bidasoa, ganas de colaborar y de sacar estos objetivos adelante. Además de una txapela especial (txapelaundi), pañuelo de cuadros negros y blanco, camisa blanca y pantalón oscuro, que es el “uniforme” para los actos oficiales. Y muy importante, como dice el lema de los Chapelaundis, “hombres de chapela grande y corazón también grande”.