Tiempo muerto de Jacobo Cuétara. / Liga Asobal

CD Bidasoa 25: Rangel (15 paradas), Zabala, Aldaba (1), Serrano (2), Renaud (3), Rodrigo Salinas (6), Azkue (4, 2p.), -siete inicial-, Ledo (ps), Esteban Salinas (3), Barthe, De la Salud (3, p.), Tesoriere y Seri (3).

Abanca Ademar León 18: Biosca (p), Carou (2), David Fernández (1), Juan José Fernández (4, 1p.), Acacio (1), Gonzalo Pérez (1), Carrillo -siete inicial-, Slavic (ps), Simonet, Rodrigo Pérez (1),Vieyra (4), Jaime Fernández (1), Mosic (1), Pesic (2) y Casqueiro.

Marcador cada cinco minutos: 2-1, 4-2, 6-5, 9-6, 12-6, 15-9 (descanso); 16-11, 17-12, 19-12, 20-14, 22-16, 25-18 (final).

Árbitros: Bustamante y Álvarez. Excluyeron a los locales Esteban Salinas, Tesoriere y Seri y al leonés Juan José Fernández.

El Bidasoa venció este martes al Ademar apoyado en un sistema defensivo que tuvo pocas fisuras. Y lo hizo con el hándicap de tener que jugar todo el choque sin extremos derechos. Los de Cuétara comenzaron pronto a obtener las primeras ventajas gracias a los tantos de Azkue y las paradas de Rangel (3-1), pero los visitantes empataron el encuentro aprovechando las exclusiones amarillas (5-5, minuto 12).

A partir de ahí, el Bidasoa se mostró imparable. Renaud cogió el testigo anotador y obligó a Guijosa a solicitar su primer tiempo muerto (7-5, minuto 16). El segundo iba a llegar poco después, con 12-6 en el marcador. Ademar chocó una y otra vez con el muro que el Bidasoa levantó en defensa y el ataque funcionó a la perfección. Cuando no aparecían los Salinas lo hacía Serrano y si no Rudy Seri o De la Salud. Primeros treinta minutos para el recuerdo de los bidasotarras, que dejaron el 15-9 en el electrónico antes del paso por vestuarios.

El ritmo anotador cayó algo en la reanudación, pero la defensa irundarra siguió a lo suyo. La ventaja nunca bajó de los cinco tantos (16-11, minuto 37 o 22-17 minuto 25) ante un Ademar que lo intentó modificando su sistema defensivo. El Bidasoa no dio opción al conjunto leonés y Artaleku vivió los últimos minutos con tranquilidad.