Santano y Páez se han desplazado hasta la calle Iñigo de Loyola. / Ayuntamiento de Irun

El alcalde de Irun, José Antonio Santano, acompañado por el delegado de Urbanismo, Miguel Ángel Paéz, y el presidente de la Asociación de Vecinos de Larreaundi-Olaberria, Roberto Iparraguirre, ha dado cuenta del balance del nuevo programa que el año pasado lanzó el Ayuntamiento de Irun para garantizar la accesibilidad de vecinos de la ciudad que tengan alguna barrera arquitectónica para acceder desde el portal a la vía pública.

Si bien el programa está pensado para todas aquellas situaciones que se produzcan en la ciudad, la calle Iñigo de Loyola en Larreaundi es uno de los principales grupos de casas a los que se dirige esta iniciativa y al que hoy se ha referido Santano.

“A mediados de 2018 nos reunimos con los vecinos, explicamos la iniciativa y a día de hoy contamos ya con algunos resultados. Hablamos de una calle con una configuración muy particular, ya que las personas que viven en Iñigo de Loyola tienen que salvar un tramo importante de escaleras para llegar del portal hasta la calle. Es un problema de accesibilidad al que hemos querido dar una solución ofreciendo la opción de subvencionar obras de instalación de ascensores, algo que les permitiría a los vecinos/as mejorar notablemente su día a día”, señalaba el alcalde.

En detalle, se han establecido dos líneas de subvención que promueve el Ayuntamiento de Irun con la colaboración de Irunvi: la primera línea prevé otorgar el 100% del coste de la redacción del proyecto y la segunda línea se refiere a la ejecución del proyecto propiamente dicho llegando a subvencionar en torno al 60%. A día de hoy, a los seis patios existentes se les ha concedido la ayuda que les permitirá costear el 100% de la redacción del proyecto. El total de las ayudas aprobadas por el Ayuntamiento de Irun incluido el proyecto más la ejecución alcanza hasta 100.000 euros por patio.

Los edificios de la calle Iñigo de Loyola entran de lleno en el espíritu de estas ayudas, pensadas para las comunidades de propietarios que pertenezcan a un conjunto edificatorio en el que exista una barrera arquitectónica para acceder desde los portales a la vía pública. Además los edificios deben tener una antigüedad mínima de 50 años y más de dos pisos, característica que también cumple esta calle del barrio de Larreaundi. Cabe señalar que estas subvenciones son compatibles con las de otras administraciones y además, el Ayuntamiento a través de Irunvi se compromete a ayudar a las personas interesadas en la gestión de esas ayudas.

Por su parte, el delegado de Urbanismo, Miguel Ángel Páez, señalaba que “este es un paso más dentro de las ayudas que el Ayuntamiento viene promoviendo para favorecer la accesibilidad en viviendas y locales comerciales, una línea que precisamente repasábamos la semana pasada y que ha dejado un récord en el número de solicitudes en 2018 con casi 500 actuaciones y más de un millón de euros de presupuesto municipal en cinco años. Hasta ahora estas ayudas se limitaban al interior de los edificios para salvar barreras arquitectónicas, tanto viviendas como locales comerciales, pero ahora hablamos de ir más allá como lo demuestra el caso de la calle Iñigo de Loyola”.