Itsaso Emazabel. / Martín Tellechea

Itsaso Emazabel Sorondo recibió el pasado 29 de junio la noticia de que será la portadora de la Kutxa el próximo día de Santiago. Ha comenzado ya a ensayar. También a recibir recomendaciones. Cerca de ella está su prima Intza, que tuvo el honor de hacer bailar la Kutxa hace ahora 4 años.

– ¿Cómo fue el momento en el que el Abad Mayor de la Cofradía de Mareantes de San Pedro, Norberto Emazabel, le comunicó que este año sería usted quien portaría la Kutxa?

La verdad es que fue increíble. Estaba con mis amigas cenando tranquilamente en una sociedad. Y apareció mi prima que acababa de salir de trabajar, con la cara descompuesta pero no le di mayor importancia pensando que estaría cansada. Hasta que poco después me dio su teléfono para que cogiera la llamada. Sinceramente, apenas escuche a mi tío dándome la noticia por los gritos de las locas de mis amigas. Y a partir de ese momento todo fue una perfecta celebración, el momento lo merecía.

– ¿Nerviosa?

Creo que nerviosa no es la palabra, por el momento. Es una mezcla de sentimientos. Siempre ha sido un día muy especial para mí. Lo he celebrado siempre desde pequeñita. Y espero con ansia ese día todo el año. Este año va a ser mas especial todavía, porque voy a tener la oportunidad de vivirlo de otra manera, y eso me hace estar más feliz y entusiasmada que nunca. Estoy nerviosa y con ganas de ver la cara del aita cuando me vea. El recibió la noticia y se fue a la mar, así que no he podido compartir apenas nada con él. Es el momento del día que con más ganas espero.

– ¿Ha empezado ya a ensayar?

Sí, ahí voy, poquito a poco. Las primeras tomas de contacto. Con días buenos y días más malos, como en todas las cosas. Pero la verdad, que esos días malos se hacen menos malos gracias a la gente que me acompaña en los ensayos. Es increíble el apoyo que siento, todo el mundo se vuelca y hacen que todo sea más fácil y llevadero.

– ¿Cómo van los preparativos?

Los preparativos ya van sobre ruedas. La primera semana fue bastante caótica porque no sabía ni por dónde tenía que empezar. Pero ahí estaba la ama, que en cuanto abrí y cerré los ojos ya tenía casi todo organizado. Y por supuesto con la ayuda indispensable de Intza, mi prima, que portó la Kutxa hace 4 años, que me ha facilitado mucho las cosas, junto a toda la familia.

– ¿Cómo lo están viviendo la familia y los amigos?

Todo el mundo lo está viviendo con mucha ilusión, y eso se contagia. Están como locos y están deseando que llegue el día. Es una tradición muy significativa para toda la familia, que está más que orgullosa porque este año sea yo quien tenga la oportunidad de portar la Kutxa. Para muchas de mis amigas es algo nuevo que están viviendo de cerca este año y las veo muy ilusionadas y con ganas de ayudarme con lo que sea. Todo el mundo estos días está pendiente de mí. Vamos, que si les llamo para tomar un café durante el año no nos juntamos tantas como las que nos estamos juntando estos días. Todos se organizan para poder estar en los ensayos.

– Le habrán dado consejos, ¿alguno al que presté especial atención?

Consejos estoy recibiendo muchos y de todo tipo. Los tengo todos en cuenta, porque vienen de personas que realmente saben de lo que hablan. El consejo más simple pero a la vez más importante es que disfrute de todo, que el acontecimiento es corto pero intenso. Y el consejo más peculiar que me han dado ha sido el de mi abuelo, el único que me ha dado, me ha aconsejado que me tome una pastilla contra el mareo a la hora de dar las vueltas.

– La pregunta que todo el mundo le hará estos días. ¿Tiene en mente el número de vueltas que quiere dar?

Es de las preguntas favoritas de la gente y la respuesta de todos los años es: “no lo sé, no lo he pensado”. Pero he de decir, que en mi caso, es la verdad. No he pensado en el número de vueltas, no me quiero poner un número como meta, porque si no lo cumplo por lo que sea, sé que se me va a quedar esa espinita para siempre. Así que daré las que pueda según como me sienta ese día.