Endika Díez. / Leka Enea Tenis de Mesa

Fin de semana extraño el de la presente jornada, en el que los días festivos permitieron que los compromisos de competición se extendieran más allá del sábado y el domingo como suele ser habitual. El partido que centró todas las miradas fue el enfrentamiento de la cuarta ronda de la ETTU Cup entre el Leka Enea y el Chartres ASTT.

Los irundarras, que pasaron del tope de la tercera ronda que tenían en su máximo histórico tras un intenso doble partido frente al PPC Villeneuvois y que se decidió por un set más a favor de los del Leka Enea, tenían en esta ocasión enfrente al rival más peligroso que se podía encontrar en esta inexplorada ronda. Con el actual campeón francés Alexandre Robinot, de 23 años y entre los 100 mejores del mundo, el brasileño Vitor Ischiy, con una posición 116º en el ranking mundial, y siguiéndole de cerca Romain Lorentz, francés en el 152º del mundo, el combinado del Chartres ASTT se presentaba como lo más temible que ha pasado por el Centro de Tecnificación Sonia Etxazarreta. Y los pronósticos no fallaron. No comenzó bien el partido para los de Irun, que inició con Daniel Kosiba frente a Ischiy dos sets por debajo, pero que igualó para forzar el quinto set. Pese al esfuerzo de Kosiba, el marcador del equipo local se quedó a cero tras el primer partido (6-11, 6-11, 12-10, 11-9 y 6-11). Hampus Soderlund, que empezó mejor que su compañero, no consiguió dar continuidad al buen primer set y cedió por la mínima en un 3-1 a favor de Robinot (11-8, 11-13, 8-11 y 9-11). Fue Endika Díez el encargado de recortar la distancia que los galos estaban obteniendo camino a la victoria, y en su partido frente a Lorentz se impuso 3-1 en un buen partido (14-12, 10-12, 12-10 y 11-9). Kosiba no pudo quitarse la espina en su segundo enfrentamiento y cayó 3-0 frente a Robinot (4-11, 7-11 y 1:11) cerrando un general que espera el partido de vuelta con un 3-1 a favor de los franceses de Chartres.

De cara a la próxima semana, que el domingo ofrecerá el desenlace de la eliminatoria, los irundarras deberán ganar el partido por 3-0 o, en su defecto, imponerse 3-1 pero con un parcial de sets en el que se adelanten en cinco a sus rivales en cancha enemiga. No será una tarea sencilla, pero a buen seguro intentarán dar la campanada y seguir soñando con la competición europea.