El programa intenta dar respuesta a las necesidades socioeducativas de chavales de entre 11 y 17 años. / Ayuntamiento de Irun

La Junta Local de Gobierno ha adjudicado el nuevo contrato del programa de Medio Abierto. Se trata de un servicio comunitario de atención e intervención con adolescentes en edades comprendidas entre 11 y 17 años para dar respuestas a necesidades socioeducativas en sus propios contextos. Este programa que coordina el área de Bienestar Social, ha cumplido este año 22 ediciones; “se define por estar donde están los jóvenes, en sus territorios. Se trata de dar respuestas educativas desde la escucha activa”, señalan desde el departamento. Como novedad, con respecto al curso pasado, el servicio se refuerza con 140 horas más anuales, lo que posibilitará ampliar puntualmente la atención de los y las jóvenes.

El delegado de Bienestar Social, David Nuño, realizó precisamente una visita en febrero (foto adjunta) para conocer las instalaciones y los educadores de primera mano: “Fue una reunión larga y distendida en la que quedó presente la importancia del trabajo que realizan para la comunidad, centrado en los más jóvenes y empleando herramientas cercanas de comunicación. Tomamos el compromiso de mantener y de seguir mejorando el servicio y así queda reflejado en el nuevo contrato y la decisión tomada en Junta de Gobierno esta semana”.

El programa se inició en dos barrios y en la actualidad se lleva a cabo prácticamente en toda la ciudad repartido en tres zonas: Oeste (Anaka, San Miguel, Anzaran, Pinar, Urdanibia y Ventas; Centro (Centro, Belaskoenea, Elitxu-Lapize, Larreaundi, Olaberria; y Este (Arbes, Artía, Behobia, Dunboa, Parte Vieja, Santiago, Beraun, Meaka, Ibarla). En estas zonas se reparte el equipo de educadores/as sociales, que intervienen con los jóvenes en coordinación con los recursos y servicios de su entorno. El objetivo es trabajar con los jóvenes “hablando su propio idioma”, como añaden desde el área. Ser busca la cercanía, en contacto directo educador y joven, sobre la base de una relación educativa; establecerse en su propio entorno como marco de referencia natural de sus procesos personales y grupales; disponibilidad del educador como referente adulto a través de la escucha activa y con la aceptación del adolescente.

Se busca fundamentalmente, por un lado, que los adolescentes con mayor dificultad puedan integrarse en contextos y recursos normalizados, desarrollando competencias, conocimientos, actitudes e intereses a partir de la oferta de los educadores y, por otro lado, tratar de promover la adaptación de los recursos de la comunidad a las necesidades de estos adolescentes.

Las acciones que se realizan se basan, por un lado, en una buena relación en la calle que favorece la información y orientación individual de los chavales y también la relación grupal. Se trata, además, de lograr una buena coordinación de los recursos y servicios, desde los centros escolares hasta las ludotecas, pasando por el Gazteleku. Hay que tener en cuenta las relaciones familiares, las acciones formativas y favorecer la participación en juegos, talleres actividades deportivas, así como salidas y excursiones de día.

El contrato se ha adjudicado a la asociación Kabia Elkartea con un presupuesto de 579.375,24 euros con una duración de dos años.