Buena actuación de los jugadores del club en Antequera. / Leka Enea Tenis de Mesa

Como punto y final de la temporada del Leka Enea, los últimos días hasta 20 de los jugadores del club irundarra se han desplazado a la ciudad malagueña de Antequera, que acogía por tercera vez en lo que vamos de década los Campeonatos de España 2018, donde se daban cita 1500 jugadores individuales y 400 equipos.

Con un record la temporada pasada de 6 medallas con destino a Irun, el objetivo de igualar las conseguidas hace un año era un objetivo más que ambicioso, más teniendo en cuenta que la cantidad se había duplicado respecto a la temporada 2015/2016. En esta ocasión, el número final de trofeos se quedaba en cuatro, cifra realmente buena para sumar al histórico del club.

La primera de las medallas, todas ellas de bronce, la conseguía Endika Díez en la categoría senior masculina. Díez, que ha disputado una espléndida temporada, tanto a nivel de Superdivisión como de campeonatos disputados, se iba abriendo camino en el cuadro eliminatorio al que entraba como uno de los cabezas de serie del campeonato, e iba dejando por el camino a Iván Cristóbal (4-2), a Miguel Ángel Vilchez (4-2) y Joan Masip (4-3), hasta que llegaba el fijo de la selección española Carlos Machado y vencía a Endika por 4-1 antes de lograr el oro.

Endika Díez, también protagonista en la segunda medalla, jugaba con su compañero Jaime Vidal en la categoría de dobles, en la que se imponían a los contrincantes con relativa facilidad, hasta que también en semifinales los jugadores irundarras se cruzaban con los que a la postre se proclamaban campeones del torneo, los catalanes Oriol Monzó y Marc Durán.

La tercera competición en la que formaban parte Endika Díez y Jaime Vidal, junto con su compañero de equipo Dorde Borcic, no daba frutos para el club irundarra. La Copa del Rey, competición por equipos, no prosperaba para el equipo, y es que en la primera ronda era eliminado por el A.D. Vincios gallego. También el equipo femenino, formado por Ioana Tecla, Jin Zhang y Belén Calvo era eliminado en cuartos de final tras clasificarse de la fase de grupos.

Las otras dos medallas venían desde la categoría juvenil, en la que el equipo del Leka Enea A de la competición femenina formado por Elene Sagardia y Belén Calvo se mantenía invicto desde la fase de grupos, eliminaba al Panadería Santy Naron y al Mataró en el cuadro final. No podía ser contra el Girbau Vic, que se imponía en la semifinal a las de Irun, relegando a la medalla de bronce para las jóvenes guipuzcoanas.

También en categoría de juvenil, en dobles masculino, la dupla formada por Hodei Mancha y Jon Ander Gerrikabeitia avanzaba hasta 5 rondas en el cuadro final hasta cruzarse con los alicantinos Marc Gutiérrez y Alberto Lillo, frente a los que caían en semifinales.

Como curiosidad, cabe destacar que todos los medallistas eran eliminados por rivales que se llevaban el oro de la competición. Pero además de ellos, cabe destacar los cuartos de final de Elene Sagardia (juvenil femenino) y de Aimar Chamorro (infantil masculino), y los octavos de final de Jon Ander Gerrikabeitia y Belén Calvo (juveniles), y de Mikel Angulo y June García (infantiles), todos ellos en categoría individual.

También en la competición de dobles Aimar Chamorro e Iker García llegaban a cuartos de final, mientras que las parejas formadas por Sara Martínez y June García, Mikel Angulo con el donostiarra Iker Martínez, y Ane Ribera y Natalia Fernández, avanzaban hasta octavos de final.

Cabe destacar además, que todos los equipos formados por los integrantes del club pasaban de la fase inicial de grupos, llegando a cuartos de final el equipo infantil femenino formado por June García, Maialen García y Sara Martínez, y el sub-23 masculino, con Jon Ander Gerrikabeitia, Hodei Mancha y Aritz Pampliega.

Con la vuelta a Irun de los integrantes del club desplazados a Antequera, se pone el punto y final a una temporada que termina con cuatro buenas medallas. Un mes de vacaciones para los jugadores servirá para reponer fuerzas de cara a empezar un nuevo curso con el objetivo de seguir trabajando la base y la cantera. Hasta entonces, la pala lejos y la mente en otra cosa.