Eneko Michelena, en el Bar Don Jabugo que regenta. / Martín Tellechea

Donostiarra de nacimiento, irundarra de adopción. Eneko Michelena, responsable del Bar Don Jabugo, ubicado en la plaza del Ensanche, es el presidente de la recién constituida asociación de hostelería Denok Bat. La pandemia es la pelea más inmediata de una asociación que ha llegado para quedarse, con iniciativas pensadas para cuando, por fin, volvamos, de verdad, a la normalidad.

– La ciudad demandaba una asociación de hostelería, pero imagino que la pandemia lo habrá acelerado todo…

Sí, el año pasado, antes de fiestas de San Pedro y San Marcial, nos reunimos con el Ayuntamiento de Irun para saber qué escenario nos íbamos a encontrar. Veníamos de haber estado confinados y eran meses de incertidumbre, con las restricciones que todos conocemos. Sabíamos que fiestas, tal y como las conocemos, no iba a haber, pero queríamos que nos dijeran qué podíamos hacer y qué no.

El Ayuntamiento nos pidió que nos constituyésemos en una asociación o plataforma legal, para poder tener un interlocutor cuando tuviera que hablar de cuestiones relacionadas con la hostelería. Nos empezamos a mover y, obviamente, empezaron a surgirnos dudas. Decidimos contactar con Yon Gallardo, de Papperino, que nos aclaró todas las dudas que teníamos y nos dio una idea: sacar un brazo de la asociación Bidashop ligado a la hostelería, ya que Bidashop estaba muy enfocado hacia la rama comercial. Lo hablamos entre nosotros, vimos los pros y los contras y finalmente nos pareció una buena idea y decidimos hacerlo así. Comentamos también lo que íbamos a hacer con Mugan, para que estuvieran al corriente. Y de esta forma nació Denok Bat. La presentación, ya sabéis, tuvo lugar hace unos días.

– Le ha tocado ejercer de presidente…

Actualmente somos en torno a medio centenar de establecimientos de hostelería de Irun. El presidente soy yo, pero me gustaría destacar también el trabajo de Iñaki Galarza (vicepresidente), Pablo Campo (secretario), David Villalba (tesorero) y José Mari González (vocal).

– Lo más urgente, entiendo, es dar respuesta a las demandas inmediatas generadas del cierre de la hostelería debido a la pandemia…

Empezamos ahora a tener nuestras primeras reuniones formales como asociación, pero a corto plazo, lo más urgente, obviamente, es todo lo relacionado con la pandemia y la situación en la que estamos debido a las restricciones que se nos han impuesto durante todos estos meses. Hay gente que está con el agua al cuello, necesitamos ayudas directas ya, por parte del Ayuntamiento de Irun o por parte del Gobierno Vasco. Se están anunciando cosas, pero no terminamos de ver nada… Y nos urge. Hemos estado con los locales cerrados, tenemos empleados, tenemos proveedores a los que pagar… ahora estamos abiertos pero con unas condiciones que todos conocéis… Necesitamos saber qué va a pasar con nosotros.

– La pandemia, tarde o temprano, pasará, pero ustedes han llegado para quedarse…

Me gustaría, en un futuro cercano, que el 50% de la hostelería de Irun estuviera asociada. Cuantos más seamos más fuerza vamos a poder ejercer. Y que la gente venga a nosotros porque nos vea como un referente a la hora de hacer cosas y defender nuestros derechos. Porque se trata de eso, de tener iniciativa, de poner en marcha ideas… ahora estamos centrados en salir cuanto antes de la pandemia, pero luego la asociación tiene que marcarse otros objetivos, tenemos ganas de trabajar, de dinamizar la ciudad, los barrios… y cuantos más seamos mejor. Tenemos en mente hacer 3-4 eventos al año importantes y luego otros de pequeño formato, pero tenemos tiempo para darles forma y queremos ir paso a paso.

– ¿El ocio nocturno es el gran olvidado?

Absolutamente. Lo tenemos olvidado completamente. Nos hemos acostumbrado al toque de queda, a estar en casa metidos… De vez en cuando aparecen noticias de jóvenes a los que han pillado haciendo botellón y, luego, este tipo de actos, los terminamos pagando todos. Me atrevería a decir que ahora mismo son los que más ayudas necesitan. De manera urgente. Te voy a poner un ejemplo, el Café Irun, lleva cerrado desde el pasado mes de octubre… no se le puede exigir pagar impuesto como si estuviera abierto. Y así, con un montón de cosas.