Con motivo de los 80 años del incendio de la ciudad durante la Guerra Civil que se cumplen este domingo el Ayuntamiento de Irun prepara un acto de recuerdo hacia todas aquellas personas que tuvieron que huir de la ciudad en aquel año 1936 y cruzar la frontera.

El alcalde de Irun, José Antonio Santano, explicaba que “queremos hacer este acto para traer a la memoria de toda la ciudadanía aquellos proyectos de vida que quedaron rotos ese día 4 de septiembre de 1936. Fueron muchas las personas que, prácticamente con lo que podían llevar a cuestas, cruzaron la frontera escapando de las llamas. Por ellos y sobre todo pensando en aquellos vecinos que por distintos motivos nunca pudieron regresar a Irun, nos gustaría hacer este sencillo pero profundo acto de recuerdo y homenaje”.

Esta iniciativa tendrá lugar el viernes a mediodía en el puente Avenida y se ha invitado tanto a la corporación municipal del Ayuntamiento de Irun como a la corporación municipal del Ayuntamiento de Hendaia. “Destino de muchas de estas personas, Hendaia forma parte de este capítulo de nuestra historia más reciente y por ese motivo hemos propuesto a su alcalde que nos acompañe y compartir juntos este acto”, añadía Santano.

Invitación a toda la ciudadanía

El acto institucional se abrirá con un aurresku en el puente Avenida, para continuar con un turno de intervenciones de los dos alcaldes y una ofrenda floral. Para concluir y como acción simbólica los presentes anudarán a la barandilla del puente cintas de tela roja, que buscan servir de recuerdo hacia las personas que se vieron obligadas a huir por el puente abandonando sus casas y refugiándose al otro lado de la frontera.

Detalle del puente
Detalle del puente

El acto está abierto a toda la ciudadanía y por ese motivo se pondrán a disposición de todas las personas interesadas cintas rojas para sumarse a este recuerdo. Durante el acto del viernes por la mañana estas cintas se repartirán en el puente entre los presentes y para quienes no puedan asistir por la mañana pero lo quieran hacer a lo largo del fin de semana las cintas se podrán conseguir en la oficina de turismo situada en los jardines de Luis Mariano. “Con esta acción sencilla lo que buscamos es que más vecinos de Irun y Hendaia se puedan ir sumando durante todo el fin de semana”, explicaba el primer edil.

El alcalde confirmaba igualmente que en fechas posteriores, antes de fin de año, está prevista la colocación de una placa en recuerdo de todas estas personas que salieron de Irun por el incendio. “En este 2016 se cumple además el centenario del puente Avenida. Cien años siendo testigo de episodios que han marcado nuestra historia más reciente, entre ellos, la huida de centenares de iruneses en 1936 que esta placa quiere recordar en lo que es también una sentida contribución a que acontecimientos como estos no se repitan”. En este sentido, Santano subrayaba “la necesidad de mirar al futuro con mensajes en clave europea, y así como los puentes se tienden para unir pueblos, reforcemos los valores que nos unen como sociedad”.

Breves notas del incendio de 1936

El incendio de la ciudad en 1936 está considerada como una de las mayores tragedias humanas y materiales que ha sufrido la localidad a lo largo de su historia. Las llamas alcanzaron el Paseo de Colón, los aledaños de la plaza de San Juan, las calles Mayor y Escuelas (éstas parcialmente), Iglesia, Cipriano Larrañaga, Aduana o Fuenterrabía, entre otras. Por el contrario la Parte Vieja no se vio afectada y los edificios emblemáticos se salvaron, entre otros, el ayuntamiento, las escuelas públicas, la iglesia del Juncal, el mercado o la sede de la aduana.

Como consecuencia de este incendio desaparecieron la mayor parte de las residencias y mansiones de la alta sociedad, entre las que destacaban el palacio de Artaleku, la casa solar de Olazabal o el palacio de Arbelaiz. También se perdieron o quedaron seriamente afectados a causa del fuego los colegios de El Pilar y La Salle, la iglesia, residencia y biblioteca de los Padres Pasionistas, etc. Desde el punto de vista económico las pérdidas fueron cifradas oficialmente en 30 millones de pesetas, de los cuales 18 millones se corresponden con inmuebles, 5 millones con bienes muebles y 7 millones con comercios e industrias.

Si los daños materiales fueron grandes, no lo fue menos el impacto humano que tuvo la guerra en Irun desde su inicio. El impacto demográfico fue terrible: si en 1936 había censadas un total de 18.539 personas, al año siguiente eran tan solo algo más de 9.000. Tuvieron que pasar 13 años para que se recuperaran las cifras de población de antes de la Guerra Civil, a pesar de que la vuelta de los refugiados dio comienzo pocos días después del incendio, tras la ocupación de Donostia.