Cientos de personas se han dado cita esta tarde en Arma Plaza para seguir la rueda de prensa que Alarde Fundazioa había convocado para hablar de lo ocurrido el pasado 8 de septiembre. El Burgomaestre del Alarde de Hondarribia, Iñaki Sagarzazu, ha leído un comunicado en el que ha valorado positivamente el discurrir del desfile de este año, a la vez que ha denunciado la violencia ejercida por los componentes de Jaizkibel contra el público que aguardaba en las aceras para ver pasar el Alarde, en su mayoría mujeres menores de edad. Mientras Sagarzazu leía el comunicado, dos televisores reproducían imágenes de agresiones de miembros de Jaizkibel a la gente de las aceras. El comunicado íntegro dice lo siguiente:
“Un año más, el Pueblo de Hondarribia ha sabido superar las dificultades que suponen la organización popular para el cumplimiento del Voto, realizado por nuestros antepasados y que se concreta, entre otros actos, con la celebración del Alarde.
Nos sentimos orgullosos de que la organización del Alarde no dependa económicamente de ninguna institución y que no sea una carga para las arcas públicas. Esto es posible gracias a la gran implicación, compromiso y, sobretodo, a la participación ciudadana. A base de ilusión, decisión, colaboración y mucho, mucho trabajo, la gran mayoría de hondarribiarras, hombres y mujeres, codo con codo, han logrado superar las dificultades siendo conscientes y estando comprometidos con su legado, que son sus raíces y su principal seña de identidad: el Alarde del Pueblo de Hondarribia.
Porque conocer y valorar nuestro pasado, nos hará comprender nuestro presente y afrontar nuestro futuro: conocer los motivos que han forjado el carácter de los hondarribiarras cuya máxima referencia es el Alarde.
En Alarde Fundazioa nos sentimos orgullosos del desarrollo del Alarde, en su 380º aniversario. La alta participación, con más de 5.500 componentes, el entusiasmo y los aplausos recibidos por las miles de personas que se acercaron, tanto a la mañana como a la tarde, a disfrutar del Alarde nos demuestran, una vez más, que esta conmemoración histórica se mantiene más viva que nunca.
Debemos recalcar que Alarde Fundazioa ha cumplido escrupulosamente con los horarios y las condiciones impuestas en la Resolución del Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco y que atañen a la organización del Alarde.
No obstante, también debemos tener en cuenta el ambiente de crispación y la violencia sufrida por el público del Alarde. Es nuestra obligación condenar estos hechos. Igualmente, denunciamos las actitudes y comportamientos violentos ejercidos contra mujeres y niñas, en su mayoría menores de edad, por parte de quienes se erigen en defensores de los derechos de las mujeres. Alarde Fundazioa lamenta profundamente estos hechos, especialmente la humillación del público del Alarde, gentes normales y pacíficas, casi todas mujeres, que son obligadas a presenciar una manifestación que protesta precisamente contra aquello que ellas quieren y defienden.
Nos solidarizamos con todas aquellas que ya han presentado las denuncias correspondientes frente a la autoridad competente y con las que lo harán en los próximos días. Bajo ningún concepto puede aceptarse el uso de la violencia que demuestran las imágenes que estamos proyectando.
Sin embargo, asistimos con preocupación e indignación cómo desde las instituciones estos hechos se omiten y no se reprueban. Apelan a la responsabilidad y la convivencia en declaraciones públicas pero no condenan la violencia demostrada hacia unas mujeres solo por el hecho de pensar de manera distinta. Un doble rasero injustificable en organismos que tienen la obligación de tratar a toda la ciudadanía en términos de igualdad.
Demuestran una cobardía institucional al no querer asumir la realidad ocultando y manipulando los hechos para influir en la opinión pública desde su posición de poder.
Por otro lado queremos hacer una llamada a la reflexión a los diferentes medios de comunicación. Consideramos intolerable la falta de veracidad, el tratamiento parcial y la censura de las imágenes reales, pero que molestan a las líneas editoriales de estos medios de comunicación.
Asistimos a un linchamiento mediático que olvida las agresiones y se centra en propagar una imagen distorsionada de los hechos. De la misma manera nos sorprende que ningún medio de comunicación haya incidido en unos sucesos tan graves como el acoso, la intimidación y las agresiones sufridas, por las mujeres defensoras de nuestro Alarde. Y volvemos a reiterar el hecho de que las víctimas, en su mayoría, son chicas menores de edad cuya indefensión las convierte en objetivo fácil. La manipulación de estos medios de comunicación convierten a los agresores en víctimas y a las chicas defensoras de nuestro Alarde en peligrosas agresoras.
No podemos dejar de mencionar la sensación de indefensión y miedo que nos han transmitido nuestras mujeres. El deficiente dispositivo de las fuerzas de seguridad no solo no ha garantizado la integridad física de nuestras mujeres sino que ha avivado el clima de tensión.
Nuestras instituciones siguen forzando la coincidencia en espacio y tiempo de dos posturas opuestas. Solo aquí, en Euskadi, llevan permitiendo, durante más de 20 años, que esto siga ocurriendo. Lo lógico sería que ambas maneras contaran con su propio espacio y tiempo, sin imposiciones que generen conflicto, sin confrontaciones, sin injerencias exteriores, que cada cual muestre sus apoyos reales, sus recursos en igualdad de oportunidades para que cada uno pueda escoger en libertad y sin presiones cómo desea celebrar el Alarde.
Por último, queremos agradecer a todos los hondarribiarras porque gracias a ellos, el Alarde de Hondarribia se puede celebrar año tras año. Un Alarde que, además de estar apoyado por la amplia mayoría de la ciudadanía, está avalado por unas Sentencias firmes del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco y del Tribunal Supremo. Un Alarde legítimo para el que una vez más pedimos y exigimos respeto.
La gran mayoría de hondarribiarras hemos tomado la decisión de mantener nuestro Alarde como un espacio para nuestra Memoria, un espacio para la renovación anual del voto, que es un compromiso histórico asumido libremente.
GORA HONDARRIBIKO ALARDEA!
GORA HONDARRIBIKO EMAKUMEAK!”