Santi Jiménez, informado del hallazgo de la Oficina de Memoria Histórica. / Ayuntamiento de Irun

El delegado, Santi Jiménez, ha informado este jueves de los últimos descubrimientos fruto del trabajo y la investigación que viene realizando el servicio de memoria histórica. Se trata en concreto de la historia de dos personas represaliadas durante el inicio de la guerra civil, y de las que hasta ahora no se tenía conocimiento.

“Durante la Guerra Civil y la dictadura franquista, más de 140.000 personas fueron arrestadas injustamente, separadas de sus familias sin ninguna explicación, fusiladas y enterradas en fosas comunes, en cunetas donde aún permanecen, mientras sus descendientes siguen sin saber dónde están sus cuerpos o cómo terminaron sus historias. También aquí en Irun. Somos, después de Camboya, el país con más enterrados en fosas comunes”, ha señalado Santi Jiménez. “Tenemos una deuda con todas ellas y con sus familias. Hay que seguir trabajando hasta conocer la verdadera historia de cada una de ellas, hacer justicia y reparar el daño causado”.

En detalle, Miguel Lorenzo Pascual y Macario Román Bretón Marzo son dos nombres que se suman a la lista de represaliados por los golpistas en la guerra de 1936 en Irun. Nombres, de los que, hasta ahora, no se tenía constancia y que 86 años más tarde salen a la luz.

Miguel Lorenzo Pascual era natural de Agramunt (Lleida), de profesión ferroviario, y adepto del “Comité Revolucionario de la Estación del Norte”. Tenía 35 años en 1936 y estaba casado con Marciana González Diaz. Ejercía como Mozo de tren del servicio de explotación ferroviaria.

Perteneciente a las Milicias Populares que se crearon en Irun a finales de junio, se le da por desaparecido en Pikoketa la noche del 10 al 11 de agosto. Presumiblemente sería capturado y fusilado, junto con la guarnición que defendía dicha posición, la madrugada del 11 de agosto.

Se trata de las conclusiones que se extraen de la documentación recuperada del Centro Documental de Memoria Histórica de Salamanca, entre los fondos PSET (Pagaduría Secundaria del Ejército de Tierra). En 1978, cuando los familiares de los fusilados en Pikoketa comenzaron a organizarse y realizaron la exhumación, Miguel Lorenzo siguió en el olvido, probablemente porque ninguno de sus familiares tendría constancia de que había pereció en esta posición en agosto de 1936. Hasta ahora, no había ningún registro que enlazara a Miguel Lorenzo Pascual con Pikoketa, ni a fecha de hoy existe certificado de defunción.

Macario Román Bretón Marzo natural de Quel (La Rioja) nació 1 de marzo de 1903; su hija nació allí en 1929. Era aguacil del Ayuntamiento de Quel. Durante la Segunda República, vinieron a Irun, aproximadamente en 1934. Macario Román regentó una frutería situada entre la Calle Cipriano Larrañaga y vivían en la calle Mayor. Cuando se produjo el golpe, se presentó voluntario y usaron su camioneta para llevar alimentos, víveres y soldados al frente de San Marcial. Desapareció el 20 de agosto en la posición Gorrua (Caserio Gorrua/Gorroaga) en el barrio de Olaberria, de camino al frente de Zubelzu. Según un testimonio, de esos viajes, los golpistas los emboscaron y los fusilaron in situ. Asimismo, a raíz de los recientes documentos adquiridos en el Archivo General Militar de Ávila, en el parte que mandan los golpistas a la Comandancia Militar de Navarra, con fecha de 22 de agosto, dan cuenta que han capturado a un tal Macario Bretón en los alrededores de Olaberria. Tal como explican desde el servicio de memoria histórica, con estas informaciones coge fuerza la idea de que después de declarar, fuera fusilado.

Fue enterrado en el cementerio de Irun. No se tiene constancia de que el año fuera en 1936 o 1946, año en que fue inscrito en el Registro Civil con su certificado de defunción correspondiente, donde se cita que murió Herido en Acción de Guerra el 20 de agosto de 1936.

Cabe señalar que Mercedes Postigo Breton, nieta de Macario, realiza una consulta a través de la Oficina de Memoria Histórica del Ayuntamiento ya que su madre (hija de Macario Breton) cuenta que el abuelo podría haber muerto fusilado en Pikoketa. Las gestiones realizadas por la Oficina de Memoria Histórica son las siguientes:

– Se le ha facilitado expediente con toda la documentación que posee la oficina (que es casi el 100% de la historia)

– Se ha visitado con ella la zona de Olaberria (lugar donde desapareció su abuelo el 20 de agosto de 1936)

– Asesoramiento para la extracción del ADN de la madre (vínculo directo padre/hija)

– Socialización de su historia