El Real Unión Club ha dado a conocer esta mañana el Proyecto HAZI, un área de bienestar, formación y desarrollo personal que implantará a partir de esta próxima temporada y que busca trabajar valores inherentes a la práctica deportiva en toda la estructura del fútbol base del Real Unión, incluyendo el proyecto femenino que desarrollará junto al CD Mariño, con los siguientes objetivos generales:
– Participar de manera activa y consciente en el crecimiento personal de los integrantes
– Acompañar, orientar y potenciar en la adquisición de competencias para la vida
– Convertirse en un club referente en la formación, crecimiento personal y educación en valores
– Utilizar el deporte en general y el fútbol en particular como herramienta de transformación de personas y contextos
El responsable de implementar todo este proceso, Borja Abad, ha estado acompañado esta mañana durante la presentación del proyecto ante los medios de comunicación por el presidente del Consejo de Administración del Real Unión, Igor Emery, así como por el responsable del fútbol base, Mikel Jauregi.
“Vamos a crear un área de bienestar, formación y desarrollo personal. La intención es que nuestros jugadores vayan creciendo de una forma sana y que, socialmente, el club vaya dando pasos, no solo como un club deportivo, sino como un agente transformador en la comarca. Ponemos ahora esta primera semilla. Los frutos los veremos más adelante, pero es un proyecto ilusionante y que puede ser un referente en lo que al fútbol y al deporte en la comarca se refiere”, ha señalado Igor Emery.
El área trabajará aspectos sociales, emocionales, físicos, cognitivos y técnico-tácticos, no solo con los jugadores de los diferentes equipos del fútbol base, también con sus entrenadores y familias, marcando una serie de objetivos, tanto individuales como por categoría, que se revisarán periódicamente.
“Una de las ideas que tenía claras cuando llegué al Real Unión es que teníamos que generar
una nueva identidad, que tiene que ver con la historia del Real Unión, pero que tiene que ver también con valores nuevos, contemporáneos, que tienen que ver con el mundo de la mujer, con el mundo del euskera… en definitiva, con una mirada que no tiene que ser exclusivamente deportiva”, ha indicado Mikel Jauregi, que ha incidido en que “Borja, además de haber sido jugador del Real Unión, aporta esa mirada didáctica, educativa y global, para contagiarla a la estructura del club, pero también a las familias. Cuando los padres/madres traen aquí a sus hijos, no solo los vean como futbolistas, sino que el tránsito que hagan aquí les sirva para forjar carácter. Yo siempre he considerado el fútbol como una herramienta para desarrollar valores positivos. Creo que como club tenemos la obligación y la responsabilidad de darles herramientas en ese recorrido”.
“Es un proyecto que va a poner el foco en la persona y en el deportista que hay detrás del futbolista, sin olvidarnos de en qué club estamos. Tenemos que identificar bien cuáles son los valores del club, generar una identidad muy reconocible, de forma que tanto los deportistas, como los entrenadores, como las familias que elijan venir al Real Unión tengan muy claros esos valores, que como tres grandes pilares serán el compromiso, el respeto y la familia”, ha señalado Borja Abad. “Vamos a intentar desarrollar a través del fútbol competencias que sean para la vida. Sabemos que muchos de estos deportistas no van a terminar probablemente en el primer equipo, pero tienen que saber cuál es el diferencial que les aporta haber pasado por el Real Unión”.
El Real Unión busca así ahondar en valores como el compromiso (con la persona y el deportista, con el equipo y con el club, con la ciudad…), el respeto (a los valores del club, al rival, a la diversidad…) o la familia (crear comunidad, sentimiento de pertenencia…), posicionándose como un club referente. “Nos gustaría ser también un club referente en la educación en valores, de tal forma que empujemos a otros clubes a poner el foco en esto que estamos hablando, convirtiéndonos en un agente de cambio”.
Abad ha terminado indicando que “a partir de la temporada que viene a las entidades deportivas se nos va a exigir la aparición de una figura, la del responsable de protección del menor y el adolescente, generando a nivel interno un protocolo. Además, cuando hablamos de bienestar tenemos que ser capaces de convertir el club en un entorno seguro, tanto para las familias, como para los empleados, como para los propios jugadores”.