Foto de familia de los mandos de ambos alardes. / Alarde Fundazioa

Este sábado, por decimoquinto año consecutivo, los mandos de las diferentes compañías y unidades de participación restringida de los alardes de Irun y Hondarribia se reunieron para celebrar la tradicional comida de hermandad.

La jornada comenzó a mediodía con un caldo y txistorra en la Sociedad Klink. A las doce del mediodía tuvo lugar una visita guiada por la Parte Vieja de Hondarribia de la mano de Denis Álvarez Pérez-Sostoa, teniente de la Compañía Olearso. Al finalizar la visita se entregó a todos los asistentes una lámina histórica de la ciudad.

A las dos y media se trasladaron al restaurante Sugarri, donde se juntaron más de 90 miembros para disfrutar de la comida de hermandad.

Sagarzazu y Carrillo presidieron el encuentro. / Alarde Fundazioa

“Este encuentro entre mandos de los dos alardes nos sirve para estrechar aún más nuestros lazos de unión y para dar mayor importancia a los hechos históricos que celebramos en ambas ciudades”, señaló Iñaki Sagarzazu, Burgomaestre del Alarde de Hondarribia.

Al término de la comida se hizo entrega de la escultura del adoquín, que representa la fuerza y perdurabilidad de ambos alardes. La obra se transmite de una junta a la otra en esta comida anual, guardándola la junta que la recibe durante todo ese año. En esta ocasión fue el Burgomaestre del Alarde de Hondarribia, Iñaki Sagarzazu, quien hizo entrega del adoquín al General del Alarde de San Marcial, Paco Carrillo.

“La visita guiada ha sido muy interesante. Tenemos que felicitar a nuestros amigos de Hondarribia porque desde el punto de vista de la organización todo ha salido perfecto. Es un honor para nosotros guardar la obra del adoquín durante el próximo año”, comentó Paco Carrilo, General del Alarde de San Marcial.