Irun estrena un acuerdo inédito en Euskadi hasta la fecha: un gobierno de coalición entre el PSE-EE y Elkarrekin Podemos-Ezker Anitza IU. Lo que en el mandato anterior parecía impensable ha desembocado en un pacto que busca dar estabilidad a la ciudad ante los retos que se le presentan por delante en el futuro inmediato y que irremediablemente estarán marcados por los efectos de la pandemia de la COVID-19.
– ¿Por qué un acuerdo a estas alturas de mandato y no al comienzo para asegurarse una mayoría absoluta en el pleno?
Por la incertidumbre que vivimos y porque las cosas se han dado así. Nos quedan tres presupuestos por sacar adelante en este mandato y tenemos encima una pandemia ante la que es muy difícil enfrentarse, porque no sabemos cómo va a evolucionar. Hay una gran incertidumbre. A nivel sanitario Osakidetza y el Gobierno Vasco nos van marcando las pautas. A nosotros nos toca pensar más en lo local, porque las consecuencias sociales, económicas son también evidentes, incluso en el caso del Ayuntamiento de Irun nos toca mirar por las consecuencias financieras, que también las habrá. No sé la situación que vamos a tener dentro de 6 meses. La pandemia nos ha llevado a un escenario que no conocíamos. Y creo que no podemos arriesgarnos. De ahí el acuerdo.
Hay que resaltar que desde el punto de vista financiero vamos a enfrentarnos a una situación desconocida. Vamos a tener que ir a endeudamiento y tenemos autorización para ello. Llevamos 11 años sin pedir un crédito, pero es un escenario que vamos a tener que abordar y tiene que hacerse con un mínimo consenso. Hay que decir también que en estos meses de pandemia la gestión municipal se ha visto ralentizada, porque prácticamente el 90% del día a día se ha enfocado en combatir el coronavirus.
¿El acuerdo se podría haber alcanzado al principio del mandato? Sí, pero no ha sido porque nosotros no hayamos querido. Tras las elecciones le ofrecimos un acuerdo al PNV, que decidió pasar a la oposición. Con Podemos también hablamos, desde el principio, de llegar a acuerdos. Pero el camino, al final, se hace andando. Veníamos de un mandato anterior convulso, había que restablecer puentes, rehacer la relación… las elecciones marcaron un antes y un después para todos y luego llegó el acuerdo presupuestario que cerramos con ellos y con EH Bildu en el mes de enero. ¿Sin pandemia hubiéramos podido tener este mismo acuerdo en marzo? No lo sé, el caso es que lo tenemos ahora y creo que es bueno para Irun.
– ¿Una mayoría absoluta podría tensionar el ambiente político con la oposición al ver que sus votos a partir de ahora no son necesarios?
Espero que no y por nuestra parte, desde luego, no va a ser. Hemos anunciado un pleno para el mes de enero con la idea de que haya aportaciones para mejorar el programa de gobierno. Hay algunos temas en los que además es necesario buscar mayorías mucho más amplias que los 14 votos del nuevo gobierno de coalición. Por ejemplo, en todo lo que tiene que ver con la política de vivienda de alquiler que pactamos también con EH Bildu en el acuerdo presupuestario.
En pandemia llegar a acuerdos ha sido relativamente fácil porque la ciudadanía te los está exigiendo. Hay que ayudar a la hostelería, al comercio, a las familias… ¿Qué puede pasar cuando dentro de unos meses llegue la aprobación inicial de Vía Irun, cuando tengamos que solicitar un crédito…? Habrá que tomar decisiones y espero que sean con el mayor consenso posible.
En cualquier caso, el programa de gobierno está colgado en la web municipal y no creo que deba sorprender a nadie. Hablamos de personas, de sostenibilidad, de apuesta económica, de comercio, de vivienda de alquiler… creo que nadie debería sentirse incómodo como para que se pudiera tensar la situación política a nivel municipal.
– A nadie se le escapa que es el primer acuerdo de este tipo alcanzado en Euskadi entre el PSE-EE y Elkarrekin Podemos-Ezker Anitza IU. Se está hablando de otras mayorías posibles… aunque intuyo que usted circunscribe el pacto únicamente a Irun…
Sí, porque lo hemos hecho en clave local. No he representado a nadie fuera de aquí. Nuestro acuerdo es local y además sería incoherente que dijera otra cosa. Repito, nosotros ofrecimos al PNV gobernar en coalición al principio del mandato. Es público, porque había un acuerdo entre ambos partidos en ofrecer la posibilidad de gobernar en coalición en las instituciones. El PNV consideró que debía pasar a la oposición aquí en Irun. En cualquier caso, yo no me voy a meter en las consideraciones que pueda hacer cada uno porque muchas veces las consecuencias se te escapan. Yo lo que sé es para qué y por qué hemos alcanzado este acuerdo. Y las claves son absolutamente locales.
– ¿Ha habido exigencias específicas por parte de Elkarrekin Podemos-Ezker Anitza IU a la hora de negociar?
Lo cierto es que ha sido una negociación muy poco polémica. Ha durado un tiempo porque todos queríamos reflexionar sobre la idea de gobierno. Lo que más tiempo ha llevado madurar ha sido la fórmula de colaboración: acuerdo de legislatura, pacto de gobernabilidad, coalición de gobierno… En nuestro caso enseguida entendimos que la fórmula que da estabilidad es la coalición de gobierno.
Hicimos llegar una propuesta a Elkarrekin Podemos-Ezker Anitza IU. Y una vez que las dos partes hemos tenido claro que teníamos que ir a una coalición de gobierno el acuerdo programático ha sido fácil porque las propuestas que nos hicieron llegar encajaban bien en la idea de modelo de ciudad que nosotros defendemos y creo que ha sido una negociación respetuosa y muy centrada en un programa. Creo que la oferta que hicimos fue razonable. Hubo alguna pequeña modificación pero cerramos el acuerdo con relativa rapidez.
– Que las bases de las tres formaciones políticas respalden de forma mayoritaria el acuerdo tiene que dar también tranquilidad…
Mucha, pero te das cuenta de que al final las bases de las formaciones políticas se comportan como la gente en la calle. A la gente la idea del acuerdo siempre le gusta. Que los políticos se pongan de acuerdo parece una excepción, pero no debería de ser así. Sabemos que somos diferentes. Nosotros no somos Podemos, ni Ezker Anitza IU. Y ellos no son el PSE-EE. Lo tenemos claro y así lo hemos explicado dentro de nuestra organización. Hemos visto las cosas que teníamos en común y aquellas que no compartimos. Hemos buscamos los espacios de encuentro y en aquellos apartados en los que había diferencias grandes las hemos intentado minimizar. Las va a seguir habiendo, pero hemos pactado también las diferencias. Creo además que es una buena fórmula. Que haya dos partidos en un gobierno de coalición no los convierte en un mismo partido. También hay que saber gestionar las discrepancias.