Julio Yunta y Mari Carmen Martínez, delante del taller de cerámica. / Martín Tellechea

Mari Carmen Martínez y Julio Yunta son alumnos del taller de cerámica desde hace tiempo. Todo transcurre con normalidad hasta que, con el primer Estado de Alarma y el confinamiento, el taller se cierra. Las clases continúan, de manera online, pero un grupo de alumnos reclama que el curso no se está prestando en las condiciones estipuladas y pide que se le devuelva el dinero correspondiente a la última parte del curso.

– Todo empieza cuando se anuncia el Estado de Alarma y el confinamiento en marzo del año pasado…

Mari Carmen Martínez: Sí. En mi caso llevo 6 años en el taller de cerámica y nunca había tenido ningún problema. Te permiten pagar en plazos o hacerlo en un único pago. Yo lo hice en un único pago. El año pasado, 2020, todo transcurría con normalidad, hasta que llega marzo y con la pandemia decretan el famoso confinamiento. Nos avisa la profesora de que el taller se cierra hasta ver qué ocurre.

Julio Yunta: En principio no hay mucho más que hacer. Asumes que la situación es la que es, que tienes que estar en casa y que hay que esperar. A finales de marzo la profesora nos comunica que desde el Ayuntamiento de Irun se han puesto en contacto con ella y le han pedido que continúe con el taller de manera online. Y empieza a mandarnos a través de un grupo de WhatsApp en el que no estamos todos los alumnos fotografías para ver si podemos hacer esos trabajos en casa.

Mari Carmen Martínez: ¿Cuál es el problema? Pues todo el mundo puede entenderlo… Ni tenemos la materia prima, ni tenemos las herramientas, ni tenemos un espacio acondicionado en nuestras casas para estar trabajando con barro. Para que la gente se haga una idea, hubo algunos que pidieron material a través de empresas de distribución y solo los portes de una pieza de barro para poder trabajarla eran 14 euros… Es decir, nos veíamos obligados a gastar un dinero para adquirir un material que no íbamos a poder trabajar en condiciones óptimas porque ni teníamos las herramientas ni el lugar adecuado para hacerlo. En mi caso, no compré nada.

– Me decía, Julio, que no todos estaban en ese grupo…

Julio Yunta: Yo no estaba en ese grupo de WhatsApp, así que yo no recibía nada directamente de la profesora. Y al igual que me ocurría a mí a otros muchos. En el taller estábamos 42 y muchos no estábamos en ese grupo.

– El curso sigue adelante de manera online…

Mari Carmen Martínez: Sí, esa manera de proceder se convierte en algo habitual y algunos, en un momento determinado, decidimos preguntar qué va a ocurrir con los pagos que hemos realizado. La profesora nos comunica que el Ayuntamiento de Irun le ha indicado que el dinero se va a devolver. Al parecer, desde el área de Cultura se le envío un correo electrónico pidiendo que ella nos trasladara esa información y que le reenviáramos nuestros números de cuenta para poder hacer las devoluciones. Mandamos al área de Cultura esos correos y la cosa se quedó ahí.

– Y van pasando los meses…

Mari Carmen Martínez: Sí. Empieza el siguiente curso, el curso 2020/2021. Nosotros, habiendo recibido esa información del Ayuntamiento de Irun y habiéndoles hecho llegar nuestras cuentas, pensábamos que en un plazo razonable recibiríamos la devolución del importe pagado en su día por ese servicio que no se había prestado. Pero quedamos asombrados cuando, de repente, a los pocos días de haber empezado el nuevo curso y haber realizado el primer ingreso de cuota, nos llega una comunicación informándonos de que no nos van a devolver nada porque no nos corresponde.

Julio Yunta: Hablamos entre nosotros y decidimos presentar cada uno una reclamación por escrito en el SAC. Estamos hablando de finales de 2020. Pasa el tiempo y vemos que no recibimos ninguna contestación. En mi caso, ya enfadado, contacto con ACUBI, la Asociación de Consumidores y Usuarios del Bidasoa. Les explico lo ocurrido, les envío un escrito que yo había preparado. Me lo corrigen y ese nuevo escrito lo vuelvo a presentar en el Ayuntamiento.

– No están de acuerdo con las explicaciones que les dan.

Mari Carmen Martínez: Durante el confinamiento decretado a causa de la COVID-19 se mantuvo el contrato con la empresa, que siguió prestando el servicio. Esto no es así. Nosotros estamos pagando un curso de cerámica en un taller de cerámica, donde tenemos material y herramientas. No estamos pagando por unas clases online o porque nos manden fotografías para trabajar en casa. Ese servicio que el Ayuntamiento tiene contratado no se está prestando en las condiciones estipuladas.

– ¿Reclamó toda la clase?

Julio Yunta: No. Los que hemos reclamado creo que no llegamos a 10, porque muchos no habían pagado en su día el tercer plazo y otros no han querido reclamar. Además es una cosa curiosa porque a la gente que no pagó el último plazo no se le ha reclamado nada y el curso se siguió impartiendo de manera online… Algo que es, a todas luces, también una discriminación.

Lo que más me dolió a mí es que nos comunicaron que no nos iban a devolver el dinero después de haber realizado la matrícula del nuevo curso y pagado el primer plazo. O sea, nos han engañado, así, a la cara.

– Piden una solución justa…

Mari Carmen Martínez: Que nos devuelvan el dinero, o que nos descuenten esa cantidad de próximos plazos que tengamos que abonar. Porque nosotros no nos negamos en ningún momento a pagar, lo que decimos es que el curso no se ha terminado en las condiciones debidas y que se nos tiene que resarcir, o devolviéndonos el dinero o descontándonoslo de algún otro plazo futuro. Pensamos que estamos pidiendo algo lógico. Por el curso 2019-20 abonamos 453,75 euros en concepto de uso de local, material, herramientas, hornos, tornos, esmaltes y pinturas, algo de lo que no disfrutamos en el tercer trimestre, por eso reclamamos la cantidad de 113,43 euros. El delegado de Hacienda se comprometió a devolver el importe proporcional de los cursos no impartidos.

Julio Yusta: En mi caso, como te he comentado antes, acudí a ACUBI, junto con otra compañera. Sé que otros solo han reclamado a través del SAC. Yo hablé con el área de Cultura y me dijeron que el tema estaba en asuntos jurídicos y que ya me llamarían. Cuando nos enviaron la carta diciéndonos que no nos iban a devolver el dinero me enfadé, teniendo en cuenta además, como dice la compañera, que acabábamos de hacer la matrícula del nuevo curso y realizado el primer pago.