Fran Baños, delante del Bar Joe, sede de la peña. / Martín Tellechea

Al presidente de la peña realista Irungo San Juan Harri Taldea se le ocurrió realizar la promesa de subir a San Marcial cargando una cruz si veía a su equipo ganar la final de la Copa del Rey el pasado 3 de abril. Dicho y hecho. Las promesas, como dice, están para cumplirse.

– Después de tanto tiempo esperando… ¿cómo vivieron en la peña el tan ansiado día de la final?

Habíamos organizado el día para vivirlo en torno a la final, siempre manteniendo las distancias de seguridad y las medidas sanitarias, obviamente, pero queríamos estar juntos en una jornada tan importante para nuestro equipo. Organizamos un aperitivo y luego también una comida en el Bar Joe, que es ahora nuestra sede. Yo, por motivos laborales, no pude asistir, pero estuvieron más de una veintena de socios, en mesas separadas, con mascarillas, etc.

A las ocho de la tarde cada uno se fue para su casa y a partir de ahí ya empezamos a comunicarnos vía móvil, a través de llamadas y mensajes de WhatsApp. Te puedes imaginar: los nervios de antes de la final, cuando empezó el partido las jugadas polémicas… Forofismos al margen, lo que sí teníamos todos claro es que no iba a ser un partido nada fácil. Y así fue.

En mi caso, lo vi en casa con mi hijo Aitor. Para mi algo muy importante, poder vivir con él una final y que, por fin, viese a su equipo campeón.

Te voy a contar una anécdota. Cuando inauguramos la peña, hace ya casi tres años, estuvieron en la inauguración Górriz, Zurutuza, Bautista, Joseba Llorente… y recuerdo que cuando tomamos la palabra dijimos que nuestro gran anhelo era que nuestros hijos viesen a la Real ganar un título. Se ha cumplido.

– Y llega el momento en el que el Illarramendi levanta la Copa…

Indescriptible. Todavía me emociono. No hay palabras. Una sensación de felicidad plena. En mi caso, tengo al lado a una persona de 19 años que no ha vivido nunca eso, que está gozando como nunca… saltando… nos abrazamos… Algo precioso. Me gustaría decir que fue un gesto impresionante por parte de Mikel Oyarzabal el darle el brazalete a Illarramendi para que levantara la Copa.

– Y a partir de ese momento, me imagino, el no va más…

Sí, a partir de ahí llamadas de todo tipo, emoción, alegría, cachondeo. Te puedes imaginar la de veces que nos pasamos el vídeo hundiendo la gabarra. También me gustaría destacar el gran gesto de Muniain al final del partido, quedándose a aplaudir. Chapeau por él.

– ¿Pudo dormir?

Yo no dormí prácticamente nada aquella noche. Y al día siguiente además teníamos que cumplir con la promesa que habíamos hecho.

– Por eso le iba a preguntar ahora…

Me salió espontáneamente. Vivo solo, tengo mucho tiempo para pensar y un día me dije: ¿qué sería capaz de hacer si sale mi equipo campeón? Empiezas a darle vueltas: que si me dejo bigote, que si me dejo barba, que si me cojo la bici y hago éste recorrido… un día se me encendió la bombilla y se me ocurrió cogerme una cruz y subirme a San Marcial andando. Y así fue. Teníamos dos recorridos previstos. Hicimos el más corto: salimos de Ventas, fuimos por la avda. Gipuzkoa, avda. Euskal Herria, Arbes y de ahí hasta la misma puerta de la ermita.

– La guinda hubiera sido poder celebrar el título en Donostia con el equipo…

Evidentemente, pero qué le vamos a hacer. Vamos a echar para atrás en el tiempo. Hace un año los dos equipos pactaron aplazar la final para que pudiera haber gente. Hubiera sido un ejemplo. Más allá de piques entre aficiones y algunas bromas totalmente fuera de lugar, como la de los mariachis en Donostia y los programas de TeleBilbao… hubiésemos dado una lección de lo que es el fútbol, con las aficiones unidas, con un pique sano, entre amigos y gente que quieres pero mezclados con los del otro equipo. Piensa en un Barça-Madrid o un Sevilla-Betis… Al final, una pena no poder asistir, pero es que tampoco podíamos juntarnos en un bar a verlo, tampoco podíamos estar en grupos… En fin, es lo que ha tocado. Mira. A San Marcial subieron otras doce personas junto a mí. Bueno, lo pasamos bien y lo celebramos de una manera diferente. Almorzamos en la campa y disfrutamos de otra manera.

– ¿Cuántos miembros son en Irungo San Juan Harri Taldea?

En torno a 40 miembros ahora mismo.

– En Irun existe la Peña Athletic “La Catedral”. ¿Tienen relación con ellos?

Tenemos poco contacto con ellos, la verdad. Coincidimos con motivo del derbi de la primera vuelta en San Mamés. Era el primero en la historia que se jugaba sin público y El Diario Vasco se puso en contacto con nosotros para hacer una sesión fotográfica en la plaza de San Juan. Fue un rato muy agradable. Nos invitaron a agua de Bilbao y lo pasamos muy bien, pero no tenemos mucho trato. Sí que lo tenemos, evidentemente, con la peña de la Real Sociedad de Hondarribia, por motivos obvios. Estuvieron en nuestra inauguración y tienen pendiente hacer la suya, que por la pandemia todavía no han podido.