Terminadas las vacaciones de verano, el Real Unión comienza este miércoles a preparar la temporada 2018-2019. El equipo de Juan Domínguez realiza como cada año las pruebas médicas a los jugadores los primeros días de la pretemporada en el Hospital de Día Policlínica Gipuzkoa.
El reconocimiento médico que ha realizado Ricardo Jiménez a los jugadores consiste en un estudio del sistema cardiorrespiratorio (por medio de la auscultación cardíaca y pulmonar y de la toma de la tensión arterial) y del aparato locomotor, comprobando la movilidad articular, la elasticidad muscular y posibles alteraciones de columna vertebral y extremidades, tanto estáticas como dinámicas. Después, les realiza una antropometría, que consiste en el control de la talla, el peso y la envergadura y sirve para calcular el porcentaje de grasa corporal.
Además, se les realiza un electrocardiograma basal, que es un estudio del funcionamiento cardíaco en reposo, para detectar posibles alteraciones que puedan repercutir en la práctica deportiva.
Finalmente, se realiza una prueba de esfuerzo máxima con monitorización cardíaca continua que tiene tres objetivos principales: valorar el funcionamiento del corazón durante el esfuerzo, estimar el estado de forma y proponer intensidades de entrenamiento para la mejora de cada jugador. Además, se obtiene su umbral anaeróbico y su velocidad máxima aeróbica, que también se utilizan para determinar la intensidad de los entrenamientos.
Los jugadores han sido separados en dos grupos para poder realizar las pruebas. El lunes la realizaron Jon Ceberio, Yoel Sola, Javi Martínez, Ekhi Senar, Mikel Azkoiti, Mario Capelete, Aimar Sagastibeltza, Iñaki Urkizu, Jon Irazustabarrena y Iosu Esnaola. Este martes ha sido el turno de Beñat Garro, Eneko Eizmendi, Dani Estrada, Ander Gayoso, Mikel Orbegozo, Alex Letamendia, Juan Pablo Garcés y Patrick Sequeira.
