El delegado de Desarrollo Sostenible, Borja Olazabal. / Ayuntamiento de Irun

El delegado de Desarrollo Sostenible, Borja Olazabal ha dado a conocer en rueda de prensa las primeras líneas que marca el Plan de Acción para el Clima y la Energía Sostenible (PACES).

“El PACES, que renueva el plan de acción que teníamos hasta ahora, está en fase de redacción pero ya contamos con un diagnóstico que nos permite trazar una hoja de ruta para seguir en nuestro firme compromiso de combatir los efectos del cambio climáticos. Desde la firma del Pacto de los Alcaldes hace ya una década, el Ayuntamiento de Irun viene promoviendo diversas iniciativas en ese objetivo. Ahora toca hacer más hincapié en estos compromisos y hacerlo de una manera transversal porque afecta a diferentes áreas municipales”, señalaba el delegado.

En esta línea, y tras avanzar con los retos fijados para el año 2020, entre otros, reducir un 20% sus emisiones de gases de efecto invernadero, el Ayuntamiento se ha puesto nuevas metas para seguir combatiendo el cambio climático, entre los que se incluyen la renovación del Pacto de los Alcaldes que actualiza una serie de compromisos (reducción de los gases de efecto invernadero en un 40% para el año 2030, por ejemplo) y la redacción de un nuevo plan de acción incorporando aspectos novedosos como cuestiones de pobreza energética para evitar dejar a ciudadanos fuera del alcance de las nuevas políticas en materia medioambiental y garantizar una transición justa, así como una estrategia de adaptación a los efectos derivados del cambio climático.

Así, el PACES surge como “el instrumento que permitiría materializar nuestros compromisos como municipio en la lucha contra el cambio climático en los próximos años. Estamos viendo en las noticias cómo no muy lejos de aquí han sufrido recientemente consecuencias de esta situación y no podemos dejar de lado la responsabilidad que tenemos como sociedad de actuar”, añadía Borja Olazabal. En paralelo a la redacción del PACES, el área de Desarrollo Sostenible cuenta ya con un diagnóstico que ha presentado este pasado miércoles a la Comisión de Participación para la Sostenibilidad Energética de Irun, órgano de participación de reciente creación (sustituye a la Mesa de Movilidad) en la que están representados grupos municipales y entidades de la ciudad.

Diagnóstico y acciones

Entre las cuestiones más relevantes que se desprenden de este estudio, en cuanto a aspectos de mitigación, se confirma la buena dinámica en cuanto a la disminución de gases de efecto invernadero: del año 2007 al 2019 disminuyeron un 16%. Casi un 70% (67%) de las emisiones que se producen en el municipio son consecuencia del sector transporte, que es el sector con mayor consumo energético, seguido del residencial y servicios. En lo que respecta al Ayuntamiento (equipamientos e instalaciones municipales -han disminuido las emisiones un 27% -, alumbrado público, y la flota municipal) tiene un impacto bajo ya que representa sólo un 2% de todas las emisiones del municipio.

En relación a aspectos de adaptación, se ha realizado por primera vez un mapa de vulnerabilidades climáticas de la ciudad identificando los riesgos prioritarios en base a proyecciones climáticas futuras para Irun y estableciendo objetivos específicos en materia de adaptación. Además, las primeras líneas del PACES dibujan una serie de acciones a corto, medio y largo plazo. Se dividen en dos bloques principales: acciones de mitigación de GEI’s y acciones de adaptación a los efectos del cambio climático. En el primero de los bloques se marcan 29 actuaciones repartidas en 9 sectores: edificios municipales, alumbrado público, doméstico + terciario, transporte flota propia, transporte público, transporte privado, producción renovable, industrial y residuos. En el segundo bloque, hay 16 actuaciones propuestas distribuidas en 7 sectores: agua, agricultura y forestal; medio ambiente y biodiversidad; planificación urbanística; protección civil y emergencias; salud; y turismo.

Los próximos pasos estarán encaminados en avanzar en la redacción del plan de acción final que deberá someterse a aprobación por parte del Ayuntamiento. “En definitiva, Irun llega a este punto de inflexión que es el PACES en buena posición, pero hay que seguir. Nuestra hoja de ruta pasa por continuar introduciendo medidas que ayuden a reducir las emisiones de CO2, avanzar en la eficiencia energética, una movilidad sostenible… todo ello en línea con los objetivos de desarrollo sostenible que ha marcado Naciones Unidas, que como ya anunciamos queremos incorporarlos a nuestra acción de gobierno y son ahora más importantes que nunca”, concluyó Olazabal.