Eva Huebra.

Tras Retazos y Naiá, Eva Huebra se atreve ahora con El vuelo de las meigas, una novela extensa y de temática profunda envuelta en mitología y misticismo, como ella misma la califica.

– Una periodista que investiga una antigua red de pederastas que abusaba de niños pobres de una barriada de Panamá. ¿Cómo llega Eva Huebra a idear esta historia?

Llego a idear esta historia para poder gritar un “basta ya”. Basta ya de tanto abuso sobre los más vulnerables. Para gritar un “ya no”. Un ya no me voy a callar. Llego a esta historia por ética y por moral, sobre todo conmigo misma. Llego a esta historia porque de momento no han conseguido anestesiarme del todo y porque no me resigno a deshumanizarme. No quiero normalizar situaciones que cada día parecen más normalizadas en la actualidad que nos rodea. Para mí no es normal abusar de niños pequeños, no es normal matar mujeres, no es normal que haya personas que no encuentran patria ni nadie que los quiera y por ello se ven obligados a deambular por el mundo buscando una que les acoja. Para mí no es normal que no se permita a los enfermos terminales decidir sobre la mejor manera de terminar con su sufrimiento; para mí no es normal que no se cierren las heridas aplicando la “ley de memoria histórica”. ¿Qué puedo hacer yo ante esto? Lo primero, como individuo, un ejercicio de conciencia y después de pararme a reflexionar poner el foco de atención sobre estos temas escribiendo una novela que emocione y que a su vez haga pensar. No he buscado escribir una novela negra, porque últimamente esté de moda este género. De hecho no es una novela negra aunque muchos de los temas que aparecen en ella estén teñidos del negro más absoluto: pederastia, feminicidio, trata de blancas, exilio etc. En esta novela, tal y como indico en la sinopsis, no se busca a un culpable… se huye de él, pero no se huye de la responsabilidad que como ciudadanos nos corresponde a cada uno de nosotros; la responsabilidad de hacer de la sociedad un mundo mejor para todos. Esta novela es una novela reivindicativa, es un grito de libertad, un volar libre y un homenaje a los que sufren bajo el yugo del abuso.

– Parte de la historia se desarrolla en Euskadi… ¿le serán familiares a los lectores algunas ubicaciones?

Sin ningún género de duda, porque se desarrolla en Donostia, Irun, Hondarribia, Azpeitia y el Santuario de Loyola, entre otros muchos lugares. Además, escribo sobre personajes que me han prestado su historia para novelarla, y que viven en Irun y Hondarribia; como Ander Basterretxea, hermano del escultor Néstor Basterretxea, y una mujer represaliada del franquismo a la que entrevisté en su casa, en Irun, Angelita Rodríguez Fernández.

– ¿Cómo convencería a los lectores de Conecta Bidasoa de adquirir un ejemplar de El vuelo de las meigas?

Estoy casi segura de que, con lo que he contestado anteriormente, los lectores sentirán la curiosidad de acercarse a ella. Es una novela cargada de emociones con mantras que se repiten constantemente… justicia…libertad… esperanza… valores necesarios sin los que no se puede vivir si no queremos perder nuestra condición de humanos.

Retazos, Naiá y ahora El vuelo de las meigas. ¿Qué tienen en común sus tres libros y en qué se diferencian?

Creo que en común podrían tener el componente emocional. Soy una persona hipersensible y no puedo escribir sin imprimir a mis textos la emoción. Escribo por impulso, por todo aquello que despierta a mi yo más profundo; escribo por lo que le roba sonrisas a mi alma, pero también por eso otro que me lanza a una habitación oscura y sin ventilación. Escribo para no ahogarme con las carcajadas, pero sobre todo para no ahogarme con la tristeza. Distinto tendrían la temática, el formato y el momento en que cada uno de ellos está escrito. Retazos fue “un presentarme en sociedad”, estoy aquí, soy escritora de la comarca y esto es lo que hago. Es un libro pequeñito, tiene algo más de 100 páginas, pero trata temas muy profundos. Gustó, llegó y emocionó y por eso publiqué Naiá con todas las dudas y miedos del mundo por tratarse de mi primera novela y además por ser una novela intimista de cortes sentimental y romántica. También ha gustado mucho en general, supongo que habrá personas a las que no he llegado, pero en general los comentarios están siendo muy satisfactorios. Y ahora me atrevo a publicar El vuelo de las meigas… una novela extensa y de temática profunda envuelta en mitología y misticismo… espero que llegue igual que lo han hecho mis anteriores trabajos.

– Dice usted que el Casino de Irun es como su segunda casa…

Así lo siento, por lo bien que se han portado siempre conmigo. Porque me han abierto sus puertas sin pedir nunca nada a cambio y por ello solo puedo sentir gratitud.

– Es usted miembro de la Asociación Cultural Oskarbi, que agrupa a una veintena de escritores del Bidasoa. ¿La escritura y la lectura gozan de buena salud en la comarca?

Sí. Creo que la comarca está dando grandes autores. Cada uno en su género y con su estilo, pero todos con una idea que no es otra que la de poner en valor nuestra ciudad y su entorno. En cuanto a los lectores… hay muy buenos lectores, pero sí que creo que el ritmo que llevamos y la incursión de las nuevas tecnologías hacen que a veces se pierda la buena costumbre de disfrutar de una buena lectura al abrigo de un buen café.

– ¿Pensando en nuevos proyectos?

Siempre… Estoy pensando en un nuevo trabajo que muy probablemente ilustraré con algunos de mis dibujos. No soy ilustradora, ni he ido nunca a clases de dibujo, pero es algo que me gusta hacer. Dibujar me da calma y creo que mis dibujos al igual que mis letras consiguen transmitir emociones a aquellos que se acercan a mí.